Sainz se rebela contra la tiranía
El español, como sucedió el año pasado en Singapur, cortó la racha de resultados de Verstappen, al que adelantó en la segunda vuelta Alonso recibió una sanción de 20 segundos por un incidente con Russell
Max Verstappen apenas falla, pero cuando lo ha hace, ahí esta Carlos Sainz para aprovecharlo. Lo hizo el pasado año en Singapur, ante el primer signo de vulnerabilidad del Red Bull, y repitió ayer en el Gran Premio de Australia. Una avería en el freno trasero del RB20 obligó al poleman a retirarse tras cuatro vueltas y Sainz, que arrancó segundo, puso rumbo a su tercera victoria en la F1. De hecho, Carlos ya había adelantado al tricampeón antes de la avería. Dos semanas después de ser operado de apendicitis en Arabia, el madrileño ya brilló ayer al asegurarse el segundo puesto de parrilla, y ayer remató su labor con un triunfo que le consagra, por delante de Leclerc y Norris.
Ferrari, con un espectacular doblete, confirmó en Melbourne, que es la principal amenaza al dominio de Red Bull en el Mundial. Fernando Alonso (Aston Martin), doble campeón del mundo de F 1, cruzó sexto la meta, pero cayó al octavo puesto tras ser sancionado con 20
segundos de penalización por su acción defensiva ante George Russell, que estrelló su coche en la última vuelta.
A instancias de Mercedes, los comisarios abrieron una investigación tras la carrera y consideraron que Alonso efectuó una maniobra irregular en la acción que desencadenó en el accidente de Russell, por fortuna sin consecuencias físicas para el británico. «Tuvimos suerte con el momento en el que se decretó coche de seguridad virtual tras la retirada de Lewis. Luego estaba felizmente ubicado por detrás de Checo Pérez, aprovechando el DRS que tomaba de él. Perdí mucho tiempo cuando Leclerc salió del pit stop, pero esos segundos que habíamos ganado fueron oro molido al final», resumió Alonso.
Russell dio otra versión: «Mi toma es que me he ido fuera y estaba medio segundo por detrás de Fernando. Está claro que él ha frenado 100 metros antes de la curva, de repente, estaba en su caja de cambios y luego, ha vuelto al acelerador para hacer la curva de la misma forma. Ya hemos visto los datos, no le quiero acusar de nada, ya veremos lo que ocurre. No sé si tenía un problema o no, es algo extraño en este tipo de circunstancias. No lo esperaba, me ha pillado por sorpresa y lo que viene después es cosa mía».
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ADIÓS A LA APENDICITIS Sainz se olvidó de las molestias en la zona abdominal, que su equipo trató de mitigar con ajustes en los cinturones de seguridad y esponjas. «Esto demuestra que la vida a veces es una locura. Con lo que pasó al inicio de temporada, el podio en Baréin, luego la apendicitis, el retorno, la victoria… Ha sido como una montaña rusa. Pero me ha encantado. Estoy muy feliz», insistió desde la euforia el español.
Con un nivel de autoconfianza altísimo, que le permitió ir a por
Verstappen desde la salida, el madrileño explicó que «sabía que podía ganar desde la vuelta dos, cuando me he puesto líder. Con el ritmo que tenía ayer, sabía que podía hacerlo. Pero el riesgo de un Safety Car o una bandera roja siempre rondaba mi cabeza. Afortunadamente, ha sido una carrera limpia».
Entre aplausos y felicitaciones, Sainz tiró de ironía. «Recomiendo a todos los pilotos que se quiten el apéndice», bromeó un piloto que marcha cuarto en el Mundial a siete puntos de su compañero Leclerc, segundo, a pesar de haberse perdido una carrera. «Estoy feliz de hacer doblete con Charles», añadió.
Impuso un gran ritmo de principio a fin, mientras su compañero Leclerc resistió en segundo puesto, manteniendo a raya a los McLaren para completar el éxito de Ferrari, que no situaba a sus dos pilotos en lo alto del podio desde hace tres años. Lando Norris (McLaren) completó el podio y dejó con la miel en los labios a su compañero Oscar Piastri, ídolo local en Australia, que concluyó cuarto, mientras Checo Pérez cerró el top 5 con Red Bull. Por último, a Williams no le salieron bien los cálculos en Albert Park.
Después de su salomónica y polémica decisión de darle el chasis de Logan Sargeant a Alex Albon tras su accidente en Libres 1 y dejar al estadounidense fuera del gran premio, el anglo-tailandés no pudo lograr ningún punto como esperaba el equipo en el día que reinó Sainz.