Zamarrillas es declarado Bien de Interés Cultural
Con la categoría de Sitio Histórico, se ubica al sudeste, en la vega del río Salor
El Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura ha aprobado el decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural (BIC) el poblado de Zamarrillas, en el término municipal de Cáceres, con la categoría de Sitio Histórico.
Para ello, se ha valorado que «constituye una privilegiada muestra de poblado medieval que ha llegado a nuestros días en buen estado de conservación, y resulta esencial para comprender los procesos históricos de repoblación y explotación de la tierra y un ejemplo de heredamiento-poblado medieval y moderno único en su género».El poblado está en el sudeste del término municipal, en la vega del río Salor. Este núcleo de población, aunque pequeño, está documentado desde el siglo XIV, aunque el origen de este caserío, como el de otros ya desaparecidos, habría que adscribirlo en una época anterior, en las décadas siguientes a la conquista leonesa de Cáceres, según se indica en la documentación del expediente tramitado por la Consejería de Cultura y Turismo.
El urbanismo del poblado «todavía resulta perfectamente reconocible»,
según se precisa en el expediente de la declaración, ya que se confirma la existencia de una calle principal «en torno a la que se alzan las principales edificaciones» que articulan el poblado, una calle «que conduce desde la iglesia a la casa fuerte, desde el llano al cerro, ofreciendo en su recorrido un interesantísimo muestrario de la arquitectura de los siglos XV y XVIII» . Con su declaración BIC se pretende proteger las construcciones del poblado todavía en pie.
De hecho, el castillo de los Durán de la Rocha, sobre el altozano de Zamarrillas, lleva mucho tiempo en ruinas, y el resto de las edificaciones resisten como pueden.
Los historiadores han dado la voz de alarma en diversas ocasiones sobre el estado de este caserío, uno de los muchos que surgieron en los siglos XIII y XIV por la repoblación de las tierras cacereñas tras la Reconquista, para su aprovechamiento agroganadero y por la necesidad de proteger el espacio de las incursiones de los rebaños mesteños que llegaban desde el Reino de León.
Sin embargo, pese a la inquietud de muchos especialistas y amantes de la historia, Zamarrillas seguía sin protección al ser de propiedad privada. Solo algunas familias poseen sus casas y campos, lo que ha dificultado la conservación del poblado.