Cofrades: una vocación que une
Quizás no sea de dominio público, pero las cofradías cacereñas colaboran entre ellas de forma continuada. Puede escocer el cruce con otra procesión que obliga a parar la marcha, puede molestar el volumen triunfal de las cornetas de otra hermandad mientras se va realizando una estación callada. Pero más allá de estas situaciones, muchas veces inevitables, las relaciones son buenas, podría decirse que excepcionales, in cluso entre las que comparten el mismo templo. Cuántas de ellas se prestan horquillas, andas y diversos enseres. Se ha visto a nazarenos cargando baja las andas de la Sagrada Cena, y viceversa; se ha visto a los cofrades del Condenado arropando a la Victoria, y viceversa...
Por ello son frecuentes los hermanamientos en la Semana Santa cacereña. Ayer tuvo lugar el último, muy especial, entre las dos grandes cofradías del Miércoles Santo: Cristo Negro y los Ramos. Lo hicieron en las dos sedes canónicas. Primero a los pies del Santo Crucifijo, en la concatedral de Santa María, donde se firmó el acta. Después junto al trono de la Esperanza, en San Juan. Actuaron como testigos otras cofradías hermanas: El Humilladero, con su mayordomo, Ismael López Martín; y las Batallas, con su mayordoma, Inmaculada Hernández.
Tanto el mayordomo del Cristo Negro, Alonso Corrales, como el de los Ramos, Luis Manuel Rodríguez Parra, destacaron la importancia de la Semana Santa cacereña, declarada de Interés Internacional, y el papel fundamental que juegan las hermandades a la hora de fortalecerla, «un trabajo que se realiza mucho mejor desde la unión», dijo Alonso Corrales. Desde ayer, las dos cofradías del Miércoles Santo están comprometidas «a reforzar más si cabe esa colaboración», subrayó Luis Manuel Rodríguez.
El acto, que se ha hecho coincidir con el Centenario de la Coronación de la Virgen de la Montaña, concluyó con el abrazo emotivo de los mayordomos, quienes se intercambiaron distintos obsequios. Fue especial la entrega de una rosa, que se incorporó a las andas del Cristo Negro, y de un ramo, que se sumó a la procesión de la Esperanza.