Estudian reforzar la seguridad en el museo de la catedral
El deán subraya que ▶ se van a tomar «todas las medidas que sean necesarias»
La sustracción de las joyas ha puesto en evidencia la falta de medios antirrobo
El Cabildo de la catedral de Plasencia está estudiando la posibilidad de reforzar las medidas de seguridad en el museo catedralicio, en el que el pasado fin de semana robaron la corona de la Virgen del Puerto, del Niño y varias cruces pectorales y anillos episcopales, todo valorado en más de un millón de euros.
El robo ha puesto en evidencia las medidas de seguridad del museo, ya que el deán de la catedral, Jacinto Núñez, ha dicho que no tenía alarmas, con lo que los ladrones tuvieron un poco menos difícil la entrada en la sala de la Platería, que es donde se encontraban los objetivos robados.
También les resultó fácil acceder a través de la barbacana, simplemente con una escalera y, después, con un sistema hidráulico, forzar una reja que daba directamente a esa sala del museo.
Además, el deán ha reconocido también que las cámaras de seguridad «estaban dando muchos problemas», aunque en el momento del robo no se habían cambiado por un nuevo sistema.
La falta de alarmas y los fallos en las cámaras han sorprendido a los placentinos. Incluso la presidenta de la cofradía de la Virgen del Puerto, Leonor Nogales y el rector del santuario de la Virgen, fray José María Correcher, daban por hecho que había alarmas en la sala del museo.
Lo que al parecer sí protegía a las joyas era un cristal blindado que, dado el desenlace, no supuso un obstáculo para los ladrones.
Aun así, el Cabildo va a valorar «todos los datos disponibles» y a estudiar todos los fallos de seguridad con la intención de tomar «todas las medidas que se consideren necesarias» para que un suceso como este no se repita, dado que en el museo se siguen exponiendo otros objetos valiosos, como cálices, custodias o báculos.
Pero ninguno con tanto valor sentimental como la corona de la Virgen del Puerto que se forjó para su coronación canónica en 1952, fruto de las donaciones de unos 800 placentinos.
Hace años, se guardaba en una caja fuerte en un banco, pero después se decidió su traslado al museo. La Policía investiga el robo y son muchos los placentinos que rezan para que aparezca.
En el museo se siguen exponiendo otros objetivo valiosos como cálices, custodias o báculos