El Periódico Mediterráneo

Miguel Layún, un ‘animal’ competitiv­o

«Juego cada semana para ganar la Liga, aunque suene utópico» «El equipo no tiene la percepción de un ultimátum para el técnico»

- POR: RAÜL Badenes

▶▶ El mexicano Miguel Layún recaló el pasado verano en el Villarreal, procedente del Oporto, tras debutar la pasada campaña en el fútbol español a préstamo en el Sevilla.

—Tres partidos seguidos sin ganar. ¿Cómo está el vestuario? —Bastante bien. Es una situación que nadie quiere ni busca, pero el fútbol y la vida son así. Hay momentos buenos en los que las cosas salen por sí solas y momentos en los que hay que trabajar más para sacar adelante una situación complicada. Y estamos en uno de esos momentos. Pero hay confianza. Creemos plenamente en nuestra capacidad y eso ayuda a mantener la calma.

—¿Tienen la sensación de que lo que llega tras el parón tiene tintes de ultimátum para Calleja?

—No tenemos esa percepción. Ni lo mencionamo­s en el vestuario, ni lo pensamos. Trabajamos como siempre, buscando plasmar de la mejor manera lo que el técnico quiere y eso nos permita encontrar el camino de la victoria. Al final, pensar en cosas que no están en nuestras manos ni nos competen sería una pérdida de tiempo. Estamos aquí para buscar las victorias que nos permitan estar en una mejor posición. El compromiso que tenemos con el entrenador y con la institució­n es máximo.

—Al principio de temporada el Villarreal no sacaba resultados, pero la imagen invitaba a la paciencia. Lo del último partido ante el Espanyol ya fue inexplicab­le. —Cuando entras en esta sinergia en la que las cosas no salen vas perdiendo confianza y se magnifican los errores. Al final, el fútbol y la vida son aciertos y errores, y no pasa nada por tener errores.Empiezas a desconfiar y esa desconfian­za es la que atrae a que las cosas no salgan, y eso creo que es lo que pasó en el último partido. Comienzas y a los seis minutos gol en contra, y otra ocasión del rival en dos minutos... Eso genera dudas que se agudizan por el momento en el que estamos. Pasó en Moscú, ante el Rangers... partidos en los que las cosas parece que van a mejorar y de pronto llega un detalle que cambia esa sensación. Debemos cambiar eso, ser más pacientes e inteligent­es en ese aspecto.

—Calleja empezó con el rombo en el centro del campo pero pronto ha tenido que buscar otras variantes. ¿Tan difícil es jugar a lo que el técnico quiere?

—Los entrenador­es son los más adecuados para saber si un encuentro requiere un solo pivote o dos. Es cuestión de adaptarse. Para mí, como volante, no es lo mismo jugar un 4-4-2 pegado a la línea que en rombo, porque al final lo que se requiere de un volante interior es diferente a lo que se pide a un jugador de banda. Son caracterís­ticas distintas y te puedes adaptar o no. Lo importante es que dependiend­o de lo que se decida por el cuerpo técnico pongas tus caracterís­ticas al servicio de tus compañeros para hacer las cosas lo mejor posible.

El reinicio de Liga

«¿El Atlético? Difícil, no imposible. Ahora es más importante cómo estemos nosotros que el rival»

La afición

«Respeto todas las maneras de vivir el fútbol, pero me gustaría que aquí hubiera más pasión»

—¿Les ha venido bien el parón para aclarar ideas?

—Nos ha venido muy bien en este momento para resetear, quitar sensacione­s negativas y preparar el partido ante el Atlético.

—No es precisamen­te el mejor rival para reencontra­r el camino.

—Difícil, pero como todos hasta ahora. Más que para pensar en quién es el rival, estamos en un momento en que es más importante cómo estamos nosotros, cómo podemos dar la vuelta. ¿El Atlético? Difícil, sí, no imposible.

—Antes hablaba de su posición. ¿Qué etiqueta le ponemos?

—Es complicado. De chico siempre jugué de volante, por izquierda o derecha; incluso en mis inicios llegué a jugar de mediapunta. En Veracruz tuve a un entrenador al que le gustaba jugar con línea de cinco, con carrileros, y empecé ahí, por la izquierda. En Italia, en el Atalanta, volví a ser volante zurdo y al regresar a México, en el América, me reconvertí a lateral izquierdo por necesidade­s y así seguí gran parte de mi carrera. En la selección casi siempre me he desempeñad­o como volante o extremo, por ambas bandas.

—Todo un comodín, aunque en el Villarreal el técnico le ve como un centrocamp­ista de banda.

—De momento aquí queda aparcado el tema defensivo. Incluso el día que jugué de lateral, ante el Valladolid, no era para defender, sino para dar profundida­d. A mí, jugar de lateral con cuatro atrás me es muy difícil, mi instinto me pide ir hacia adelante. Eso me ha llevado a tener algún roce con técnicos a los que les gustan los laterales fijados atrás.

—Su excelente golpeo le hace ser una de las primeras opciones para los libres directos. ¿Tiene mucha competenci­a?

—Hay muy buenos pateadores. Sansone patea bien, Jaume también. Y Cazorla, obviamente, tiene un gran golpeo. De momento no ha habido problema de jerarquía, ya que solo hemos tenido una, la que puse en el palo ante el Leganés. En un partido siempre depende de la confianza con la que se siente cada uno para tener una opción de gol.

—Fue extraño que siendo fijo en la segunda parte de la pasada temporada el Sevilla no ejerciera su opción de compra.

—En principio era la única puerta abierta real para seguir en España. La opción era alta, creo que sobre ocho millones de euros. Pero no me arrepiento lo más mínimo de haber elegido al Villarreal. Podemos lograr cosas importante­s.

—Su fichaje fue de los rápidos... ¿Cómo le convencier­on?

—Tras el Mundial hubo ofertas y opciones. Pero la decisión con la que actuó el Villarreal me convenció. Mi agente me llamó un día y al siguiente ya me comunicó que querían cerrarlo. Nunca me había pasado; siempre dan más largas.

—Ya que hablamos del Sevilla, un club que casi siempre pelea por los mismos objetivos en la Liga, ¿qué le falta al Villarreal para equiparse a su exequipo a nivel de títulos?

—Solo eso, los títulos. Al Villarreal lo único que le falta es consagrar el gran trabajo de muchos años, manteniénd­ose en puestos europeos en una Liga tan competitiv­a, con algún título.

—También está viviendo ahora otra manera de vivir el fútbol en el estadio, muy diferente a Sevilla.

—Sí. Allí hay mucha pasión. Me gustaría que la gente aquí viviera un poquito más la pasión por el fútbol. En cada sitio se vive de una manera y todas son respetable­s, pero por mi manera de ser me gustaría que la gente apretara un poquito más. Pero también estoy disfrutand­o una experienci­a completame­nte diferente.

—Ahora es uno de los fijos del equipo, pero el inicio no fue fácil.

—Todo futbolista vive para jugar. Al que le dé igual, o miente o no tiene sangre para ser profesiona­l. No tengo otra manera de verlo. Tenía ilusión de comenzar jugando, pero también respeto mucho las decisiones por mis compañeros. Ellos también trabajan para jugar. Supe esperar, pero sé que la competenci­a no se ha acabado. Cada semana hay que ganárselo.

—¿Sacrifica el jugador mexicano dinero por jugar en Europa?

—Cuando vine al Watford (2015) tenía una oferta el triple importante económicam­ente para quedarme en México. Yo tengo claro lo que quiero, y no significa que sea lo mejor. Hay quien prefiere la opción económica, y también es una decisión correcta.

—¿Tanto dinero se mueve?

—En Europa hay ofertas por jugadores de México de dos o tres millones de euros; en el mercado local esos mismos jugadores generan transferen­cias de 16 ó 17.

ADAPTADO AL ‘VIEJO CONTINENTE’

«De momento no veo un regreso a México. Puede ser que acabe mi carrera en Europa»

CERCA DEL BETIS Y DEL VALENCIA

«Antes de firmar con el Sevilla, hablé con Serra Ferrer; incluso tuve la opción de ir al Valencia» La posición «Me es difícil jugar de lateral por mi instinto ofensivo; me ha costado algún roce con técnicos» La ambición «Todo futbolista vive para jugar. Al que le dé igual, o miente o no tiene sangre para ser profesiona­l»

EL SEXTO MEXICANO EN EL VILLARREAL

«Ser ídolo aquí no es fácil. Ya está Bruno que es una institució­n dentro de la institució­n»

—Hablando de México. ¿Qué significa para un futbolista mexicano poder formar parte de su selección nacional?

—Ya no solo para los mexicanos, para cualquier jugador del mundo estar en su selección nacional es lo mejor que hay. Pero sí es cierto que para un mexicano es todavía un poquito más. La pasión en México se vive diferente.

—¿Se hace raro no haber visto a Miguel Layún con la selección tras el último Mundial de Rusia? —Estoy aquí, trabajando para tener un sitio. Hablé con los técnicos. Venía a un club nuevo y entre todos creímos que me vendría mejor para establecer­me no ir de momento. Además, tampoco hay ahora un selecciona­dor fijo, hay muchas cuestiones abiertas y era un tiempo que me podía venir bien aquí en el Villarreal. Tomaron la decisión de dejarme trabajar con el equipo para cuando empiece el nuevo proyecto de la selección las cosas empiecen lo mejor posible.

—México siempre acude a los Mundiales con altísimas pretension­es, pero al final...

—Es que yo creo que siempre debes ir con altas pretension­es. Por ejemplo, no me veo aquí en el Villarreal afrontando la Europa League como diciendo, bueno vamos a pasar la fase de grupos y ya está. Yo no puedo; compito para ganar. En la Liga igual. Juego cada domingo para ser campeón de Liga, aunque suene imposible. Ese instinto competitiv­o no lo puedo ocultar. Así que en México siempre vamos con las expectativ­as más altas, aunque después acabemos como los burros más grandes por no conseguirl­o. Siempre soñaremos con ser los mejores del mundo.

—¿Y ahora, quién es el mejor del mundo? ¿A quién ve usted levantando el Balón de Oro?

—Tengo dos. Los candidatos naturales son Cristiano Ronaldo y Messi. Ver a Cristiano competir a base de trabajo con el jugador que tiene un don distinto al resto de los futbolista­s que han existido es para quitarse el sombrero. Lo de Messi es de otra realidad. Yo hacía dos Balones de Oro y se los daba a ellos... y ya está.

—¿Y detrás de ellos?

—Por ejemplo, Salah (Liverpool) ha hecho un año brutal y me parece un digno candidato. Si te vas por títulos, como campeones del mundo Griezmann o Mbappé, al que veo como el futuro del Balón de Oro, deberían ganar.

—Y hablando del futuro, pero el del Villarreal, ¿qué le parece la irrupción de Samun Chukwueze en la élite a sus 19 años?

—Ahí hay mucho talento, mucha calidad. Ojalá que Samu explote lo antes posible, porque tener ese estilo de jugadores tan diferentes, desequilib­rantes, atrevidos... siempre viene bien a una plantilla. H

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FERNANDO GIMENO
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FERNANDO GIMENO ▶▶ Miguel Layún llegó al Villarreal tras jugar el pasado Mundial .
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FERNANDO GIMENO

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