La tardía enmienda de Ayuso
Editorial
Tras semanas de mirar para otro lado, minimizar los datos de contagios y desoír los consejos de los expertos, la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha acabado por admitir que la situación sanitaria en algunas zonas de su territorio «es gravísima» y «empeora». Y, haciendo un para ella difícil ejercicio de humildad, ha cerrado 37 zonas sanitarias en ocho municipios y en seis distritos de la capital. En total, 850.000 personas tendrán a partir del próximo lunes la movilidad restringida salvo a las actividades imprescindibles.
La medida llega muy tarde, porque ya hace semanas que la infección está descontrolada, y está por ver si va a ser suficiente para frenar el altísimo índice de contagios --1.000 por cada 100.000 habitantes en algunos puntos, según el consejero de Sanidad-- y para evitar el colapso de los hospitales, con un 41,7% de las camas en las UCI ocupadas ya por pacientes de covid. El colapso de los centros de atención primaria, que están sobrepasados prácticamente desde el inicio de la desescalada exprés, ya se ha producido porque ni se ha reforzado la asistencia médica ni se contrataron a tiempo los rastreadores.
Estos son los datos objetivos de la gestión que la Comunidad de Madrid está haciendo de la pandemia, una ejecutoria que cabe calificar de incompetente y caótica y en la que ha primado facilitar la recuperación económica, sin