La cepa británica puede convertir febrero en el peor mes del covid
Los expertos advierten que si la variante inglesa se extiende en España, la tercera ola será más dura La hipótesis más verosímil es que la nueva cepa lleve más de un mes circulando en nuestro país
La tercera ola de la pandemia puede acabar siendo la peor. Al cansancio de la población, el frío, la saturación del sistema sanitario y la relajación de las restricciones en Navidad podría sumarse el efecto de la variante británica del virus, mucho más contagiosa. Ningún experto se atreve a vaticinar si va a impactar aquí como lo ha hecho en el Reino Unido, completamente descontrolada, pero es uno de los escenarios que se contemplan para finales de enero y febrero. La mayoría de los especialistas abogan por aumentar las actuales restricciones aunque solo sea por el principio de precaución.
Cuando el virus desarboló la ciudad china de Wuhan nadie pensó que pudiera suceder lo mismo en España. Quedaba muy lejos. Cuando llegó a Italia, pocos esperaban que llegara aquí con tanta virulencia. Se llegó a decir que el sistema sanitario italiano era muy deficiente. ¿Puede repetirse ahora la historia?
El esfuerzo del Gobierno se concentra en averiguar el alcance de su presencia en España, pero los datos disponibles son aún muy pocos. El pasado jueves María José Sierra, la número dos de Fernando Simón en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), informó de la confirmación de «alrededor de 60 casos» en varias autonomías, más otros «que están en estudio».
Sierra no respondió a la pregunta de este medio sobre en qué porcentaje de casos se efectúa la secuenciación del genoma. Esta técnica permite identificar a qué linaje pertenece el virus. Gran Bretaña secuencia el 10% de los positivos, y así sabe que en las zonas sur y sureste de Inglaterra, incluido Londres, supone ya el 80% de los casos. En el resto va por el 50%.
Se estima que uno de cada 30 londinenses está infectado, con una incidencia estratosférica de 2.871 casos por 100.000 habitantes, no alcanzada por ninguna otra ciudad importante del munJosé do. La velocidad de reproducción del virus es de 1,87, lo que significa que los casos casi se duplican semanalmente, mientras que el riesgo de rebrote está en 5.368. Nueve veces más que en Cataluña.
Más allá del dato de los 60 casos detectados, el Ministerio de Sanidad no dispone de una estimación sobre cuál es el nivel real de circulación del linaje en España. Cuando este diario le inquirió al respecto el jueves, María José Sierra se limitó a responder que están «trabajando en los protocolos de la secuenciación» y que «en los próximos días» habrá más datos.
Martínez Olmos, secretario general de Sanidad con Zapatero, lamenta la «falta de transparencia». «Para detectar la variante y saber que circula hay que buscarla. Sería conveniente saber lo que se está haciendo, donde se hace y qué resultados se obtienen de la búsqueda y el descifrado genómicos. Se requiere una estrategia específica, tal como recomendó el Centro Europeo de Control de Enfermedades», advierte Olmos.
Los primeros casos se detectaron en Inglaterra a finales de septiembre. Poco más de dos meses después empezó la gran explosión. La cepa pasó a Irlanda y a Dinamarca, que sin esperar tanto como Gran Bretaña, han decretado el confinamiento domiciliario.
En España circula seguramente desde hace más de un mes, antes de que se limitara la llegada de vuelos a españoles o residentes. La Fundación Fisabio de la Comunitat Valenciana detectó las mismas mutaciones en muestras tomadas hace más de dos semanas a dos pacientes que ni habían viajado al país ni se habían relacionado con personas que sí lo hubieran hecho, lo que es un indicio de que lleva por aquí más de tres semanas. Podría incluso estar influyendo en la tercera ola, pero la falta de datos impide saberlo.
El ministro Salvador Illa afirmó que el plan de Gobierno es el mismo con cepa o sin cepa: Que las comunidades autónomas apliquen las restricciones previstas en el estado de alarma «que ya derrotaron la segunda ola».
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