El Banco de España plantea la reforma de la ley concursal
Hernández de Cos la considera necesaria para mejorar la productividad
Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, considera que una de las reformas que debe emprenderse par mejorar la productividad de la economía española es un cambio de la ley concursal, una cuestión básica para asegurar el futuro de las empresas que son viables, aunque estén endeudadas, y para liquidar de forma eficaz las que no los son. Durante su intervención en el debate El modelo productivo pospandemia, organizado por el Círculo de Economía en Barcelona, el gobernador planteó una reforma de concursos de acreedores e insolvencias. «El sistema actual es ineficiente», sentenció. «Necesitamos un procedimiento ágil y simplificado. Hacer posible que empresas endeudas pero viables puedan reestructurar su deuda de manera eficiente. Los mecanismos que tenemos ahora no son ágiles. Las posibilidades de inviabilidad es alta», puntualizó en su intervención.
Según Hernández de Cos, resultaría conveniente establecer procedimientos administrativos ágiles y simplificados, que mejoraran la eficiencia de los procesos de reestructuración, insolvencia y alivio de la carga financiera. Las empresas deudoras con dificultades financieras deberían tener acceso a un marco de reestructuración preventiva que les facilitara continuar con su actividad empresarial cuando aún son viables. La rapidez en la resolución de estas
situaciones resulta esencial para minimizar las pérdidas sociales derivadas del quebranto del valor de los activos por la dilación de los procesos. Asimismo, propone establecer unos procedimientos e incentivos más adecuados para «evitar niveles subóptimos» de liquidación de empresas y de destrucción de tejido productivo.
Esta reforma resulta importante en un contexto como el actual, en el que es previsible un aumento de los procesos de insolvencia personales y empresariales tras una perturbación de la magnitud y naturaleza de la crisis actual. «Más aun en un contexto en el que la respuesta de política económica a corto plazo hace que muy previsiblemente la cantidad de pasivos que las empresas en dificultades tengan frente a las administraciones sea superior a la de períodos anteriores de crisis».
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