La CDU elige al centrista Laschet para pilotar la etapa post-Merkel
El resultado tiene que ser ratificado por correo postal por los 991 delegados La ajustada diferencia en los votos deja en evidencia la división del partido
La Unión Cristianodemócrata (CDU) apuesta por el continuismo. Armin Laschet, actual primer ministro del Renania del Norte-Westfalia y defensor de la herencia política de Angela Merkel, es el nuevo presidente de la CDU tras imponerse en el congreso digital del partido conservador culminado ayer. El resultado tiene todavía que ser ratificado a través de correo postal por los 991 delegados que ejercieron su voto telemático en la segunda y definitiva vuelta.
Laschet se impuso en la segunda ronda con 521 votos frente a los 466 de Friedrich Merz, enemigo histórico de Merkel que apuesta por un giro a la derecha del partido. Previamente, Merz había avanzado a Laschet en la primera vuelta por solo cinco votos (385 frente a 380) y al tercer candidato en liza, Norbert Röttgen, un outsider que solo obtuvo 224 votos y quedó descartado en el primer corte. «Pido el respaldo a aquellos que eligieron a otros candidatos para ir unidos a las próximas elecciones federales», dijo Laschet, en un breve discurso como vencedor en un congreso atípico e histórico, el primero de un gran partido alemán celebrado de manera íntegramente digital.
La petición expresa del nuevo presidente democristiano deja en evidencia que la CDU sigue estando fuertemente dividida entre los que apuestan por el centrismo estratégico desplegado por Merkel y los que desean un giro derechista para tener un perfil conservador más claro e intentar recuperar así votos huidos últimamente a la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD), que ha abierto un importante flanco electoral a la derecha de la CDU.
Queda por ver qué función pretenden asumir Merz y Röttgen dentro del partido en un superaño electoral como el del 2021, en el que Alemania enfrenta cinco elecciones regionales y unos comicios federales previstos para el próximo septiembre. Estos supondrán el adiós definitivo de Merkel.
La alianza de la CDU-CSU (los democristianos y sus hermanos socialcristianos de Baviera) todavía tiene que solventar además una cuestión fundamental: quién será su candidato a la cancillería, un nombre que no necesariamente tiene que ser el del nuevo presidente de la CDU. El primer ministro de Baviera, el socialcristiano Markus Söder, es de hecho el mejor situado en las encuestas de opinión. La CDU-CSU no tiene previsto despejar esa duda hasta la próxima primavera.
La derrota de Merz es especialmente dolorosa para aquellos sectores de las bases de la CDU que apuestan por un giro a la derecha en cuestiones como la política migratoria, la reducción de impuestos o la seguridad; es la tercera vez que el enemigo histórico de Merkel pierde el pulso por el liderazgo. «Felicito al nuevo presidente de la CDU y me gustaría agradecer de corazón a los delegados por el apoyo. Ahora toca trabajar todos juntos en equipo por una CDU moderna y reconocible», escribió lacónicamente Merz en su canal de Twitter. La relativamente ajustada diferencia de votos entre Laschet y él (55 de un total de 1.001 delegados) deja en evidencia la división interna del partido.
LA SOMBRA DE TURINGIA «Me di cuenta de que ya no tenía suficiente autoridad y apoyo para dirigir al partido sin que sufriese daños», dijo el pasado viernes en su discurso de despedida la presidenta saliente de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer. Se refería a la crisis de Turingia del pasado febrero, cuya sombra sigue marcando la política alemana: la federación de la CDU en ese estado federado votó entonces junto a la ultraderecha de AfD para elegir un candidato minoritario y alternativo al de los poscomunistas de la Izquierda, que había ganado las elecciones regionales.
Los democristianos de Turingia lo hicieron contra la voluntad de Kramp-Karrenbauer, que tuvo que abandonar su misión de dirigir al conservadurismo alemán. «No se trataba de una cuestión regional, sino del alma de l partido», argumentó el pasado viernes Kramp-Karrenbauer. La CDU tiene nuevo presidente, pero sigue sin resolver la división interna con la que tendrá que afrontar el fin de la era Merkel.