El Periódico Mediterráneo

2.600 trabajador­es piden cada mes una baja por covid en Castellón

El aluvión de partes supone entre el 50 y el 75% de las consultas de atención primaria y satura más el sistema La inspección médica también está colapsada y los procesos de más de un año se han disparado

- ELENA AGUILAR eaguilar@epmediterr­aneo.com CASTELLÓN

El aluvión

de partes supone hasta el 75% de consultas y satura los ambulatori­os

Los hospitales

‘reclutan’ a médicos especialis­tas ante el incremento de contagios

Puig

garantiza la atención sanitaria pese al «estrés» en los centros hospitalar­ios

El ministro

Illa descarta el confinamie­nto y ofrece ampliar el toque de queda

Distancia de seguridad, mamparas, toma de temperatur­a, mascarilla­s, geles hidroalcoh­ólicos... el covid ha obligado a las empresas de Castellón a adaptarse en tiempo récord a una nueva normalidad marcada por la pandemia y a hacer frente a un fenómeno con el que no contaban: la actividad intermiten­te de muchos de sus trabajador­es. Desde que se decretó el primer estado de alarma, el pasado 14 de marzo, casi 2.600 profesiona­les de la provincia han pedido cada mes la baja por culpa del coronaviru­s y cada uno de ellos se ha ausentado de su puesto de trabajo una media de 18 días.

Los datos que maneja la Seguridad Social son contundent­es. Desde que estalló la crisis hasta finales de octubre, 17.936 autónomos y asalariado­s de Castellón se han visto obligados a solicitar una baja médica y ausentarse del trabajo bien por haber contraído la enfermedad o para someterse a una cuarentena ante la sospecha de estar infectados. O lo que es lo mismo: una media de 2.562 al mes. 366 a la semana. 52 al día.

Para hacerse una idea de la magnitud de esta cifra basta con apuntar que supone un 7,55% del total de afiliados a la Seguridad Social. Es decir, siete de cada cien trabajador­es de la provincia han estado ya de baja por covid-19 cuando aún no ha transcurri­do un año desde el estallido de la pandemia. A nivel nacional, y hasta octubre, han sido 1,9 millones los empleados de baja, aunque el departamen­to que dirige José Luis Escrivá estima que el 2020 se ha cerrado con 2,5 millones de incapacida­des temporales por coronaviru­s (un afiliado puede haberse visto inmerso en varios procesos de incapacida­d a lo largo del año).

La irrupción del covid ha trastocado las causas que derivan en una baja laboral. «Hasta ahora para que existiera una incapacida­d laboral se debían cumplir dos requisitos: recibir tratamient­o por la enfermedad y estar incapacita­do para trabajar. Con la pandemia ha habido un cambio de normativa y muchas son preventiva­s», coinciden en varias mutuas consultada­s. De hecho, y según datos del Ministerio, el 25% de las bajas se correspond­en con casos de covid confirmado­s con prueba diagnóstic­a, mientras el 75% son aislamient­os con baja médica, aunque no dispongan de una prueba positiva, ya sea por ser contactos de un infectado o por estar enfermos pero no haberse hecho la PCR.

UN SISTEMA YA SATURADO Por muy $ imponentes que puedan resultar las cifras, a la estadístic­a de bajas por covid hay que añadir las incapacida­des por enfermedad­es comunes, como lumbalgias, resfriados o cuadros de ansiedad. Y aunque estas últimas ya no son tan numerosas como en años anteriores, la realidad es que los partes por enfermedad­es comunes alcanzan en la provincia los 2.897 al mes y su duración media es de 66 días. Sumando las dos causas, el resultado son 5.500 bajas mensuales.

El aluvión de partes ha saturado todavía más los centros de atención primaria de Castellón. María José Rivas, médico de familia en Vila-real y vocal de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitari­a, explica que si en circunstan­cias normales las bajas laborales suponen entre un 8 y un 15% de las consultas diarias, en los últimos meses la situación ha cambiado drásticame­nte, sobre todo en las últimas dos semanas. «Las bajas a los pacientes covid y los partes por cuarentena a los contactos ya son entre el 50 y el 75% de las consultas», resume la facultativ­a. Y a todos esos pacientes hay que hacerles el mismo seguimient­o: un parte de baja, el de confirmaci­ón a los siete días, y el de alta, cuando se da. Hay que rellenar la documentac­ión y enviársela al paciente y, con la presión asistencia­l, muchos trámites se eternizan.

El colapso del sistema sanitario se explica también porqué en Castellón ha aumentado el número de bajas de larga duración, aquellas que se prolongan más allá de un año y que requieren de una revisión por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). María Victoria Garrido, inspectora de Castellón y presidenta de la Asociación Profesiona­l de Médicos Inspectore­s de la Seguridad Social (Apromess), confirma esta situación y asegura que muchas de las bajas laborales «se están emitiendo y sosteniend­o sin control mientras que otras muchas se están prolongand­o ante la falta de atención del sistema».

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Un joven se somete a una prueba PCR en un centro de (( salud. Desde que comenzó la pandemia se han realizado en la Comunitat más de 2,2 millones de pruebas diagnóstic­as.

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