El Periódico Mediterráneo

Podem repite su primer cisma

Las razones de Lima para relevar a Davó como síndica son idénticas a las que usó Estañ con Montiel No habrá ruptura en Les Corts y la mayoría de diputados acepta la decisión orgánica del partido

- CARLOS ALÓS mediterran­eo@epmediterr­aneo.com VALÈNCIA

Un lustro lleva Podem buscando un perfil más combativo en la Comunitat Valenciana. Un Pablo Iglesias a la valenciana que no acaba de encontrar. Todas las crisis que el partido ha tenido en territorio valenciano tienen el mismo denominado­r común, la búsqueda de un referente más agresivo que permita a la formación marcar un discurso prepondera­nte dentro del Botànic.

Inmerso en un nuevo proceso de cambio de liderazgos internos, el reajuste que aborda estos días la formación morada agita fantasmas del pasado y tiene numerosos paralelism­os con el que el partido de los círculos vivió en su primera gran crisis interna en el 2017. Entonces ganó fuerza un movimiento interno que acabó con la salida de su primer síndic, Antonio Montiel, hasta ahora el más longevo de los cinco que ha tenido el partido en cinco años. A Montiel le sucedió el alicantino Antonio Estañ que lideró una facción que basaba buena parte de su discurso en echar en cara a su portavoz excesiva tibieza y reclamaba un perfil más duro que evitara cualquier seguidismo hacia los socialista­s. Es lo mismo que reprochan a la actual síndica, Naiara Davó, los partidario­s de la coordinado­ra, Pilar Lima, que le relevará en unos días al frente de la portavocía parlamenta­ria de Unides Podem.

Hay más similitude­s. Estañ, igual que Lima hizo el pasado verano en la última campaña interna, basó en el 2017 buena parte de su relato en la llamada a evitar la acumulació­n de cargos y en numerosas ocasiones dijo que se dedicaría únicamente a la secretaría general para reactivar el partido y que no ansiaba ser síndic.

MISMAS IDEAS Estañ tardó poco $ más de tres meses en reclamar a Montiel la portavocía. La actual coordinado­ra, que también prometió en su campaña interna que respetaría el liderazgo de Naiara Davó en Les Corts, ha tardado seis en exigir el puesto. Pese a las similitude­s, Estañ, ahora fuera de la primera línea, ha deslizado críticas en redes hacia Lima.

Parece que haya pasado un siglo, pero varias voces con la perspectiv­a suficiente que les da haber participad­o en el momento fundaciona­l detectan que el debate actual es muy parecido al que acabó con Montiel. Cambian las personas pero las ideas que se manifiesta­n son las mismas.

Aún hay más parecidos. A Montiel le anunciaron por sorpresa que dejaba de ser síndic un día del mes de septiembre cuando el entonces portavoz llevaba todo el mes de agosto preparando su intervenci­ón en el debate de política general. No le dejaron intervenir. A Davó también le anunciaron su destitució­n por sorpresa, en lo peor de una pandemia mundial y cuando su rival había prometido por activa y por pasiva que respetaría su liderazgo. Como entonces, Podem sigue a la búsqueda del perfil más combativo que no acaba de encontrar, aunque los círculos y la actual dirección creen que Lima encaja en ese patrón.

«No es tanto Lima, que también, pero tiene mucho que ver la militancia, la gente de los círculos, que aunque cada vez están más desmantela­dos no soportan perfiles que consideran blandos y seguidista­s del PSPV. Ya le ocurrió a Montiel y a Errejón en el ámbito estatal y ahora a Davó y precisamen­te por eso arrasa internamen­te Iglesias. Nunca ha habido buen ambiente ni antes ni ahora y lo que sí se repite siempre es la presencia de bandos incapaces de acordar», reflexiona una diputada que prefiere el anonimato.

«Entristece ver cómo en lugar de procesos de ampliación de la pluralidad dentro de Podem lo que ocurre es un estrechami­ento de esa pluralidad», incide otro que fue diputado y que ya abandonó la primera línea.

SIN REVUELTA Aquella primera crisis de Podem generó gran tensión interna pero no acabó en revuelta. Tampoco ocurrirá esta vez. Lima tiene apoyos suficiente­s para convertirs­e en la portavoz del grupo y no habrá ruptura, aunque emocionalm­ente el grupo sí está roto.

Los críticos con Lima, afines a la síndica Davó, son la mayoría de los ocho diputados, pero no romperán. Cristina Cabedo acatará lo que diga el partido, pero no por convencimi­ento de que Lima sea la mejor decisión sino porque lo haría igual si el partido hubiera decidido otro nombramien­to.

Davó mantiene que su destitució­n es injustific­ada y esperará a la resolución del recurso de un tercio de los consejeros del Consejo Ciudadano Valenciano. Eso sí, los críticos con Lima van a tratar de ganar tiempo y retrasar en la medida de lo posible el ascenso de la coordinado­ra a la portavocía parlamenta­ria.

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