Un ejemplo de periodista, sindicalista y cristiano
Posibilista. Sindicalista y cristiano (algo que todavía muchas de las izquierdas no quieren entender). Y, fundamentalmente, periodista. De los de la vieja escuela. De los que pasaban horas y horas delante de una máquina de escribir indagando qué pasa y el porqué. Buscando la verdad.
Vicente Alejandro Guillamón está ya en el regazo del Sumo Hacedor, después de una intensa vida aferrada al noble ejercicio del periodismo y a su Religión católica. Una fe que defendía a capa y espada, «que permanece viva a pesar de tanto laicicismo», como dejó escrito, y en la que los seglares deben tener gran protagonismo, y así lo ordenó el Concilio Vaticano II. Periodista obrero en rotativos de leyenda como El Telegrama de Melilla, La Actualidad Económica, Signo, y también como director de la revista de información religiosa Vida Nueva.
Nació en Onda en una familia dedicada a las actividades agropecuarias y se formó en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid para arrancar una vocación profesional sobresaliente.
Practicante del humanismo cristiano, del que todavía muchos huyen como concepto, aunque él pensaba abiertamente que son dos palabras similares. Estuvo en la clandestinidad durante el franquismo en los llamados grupos democristianos y fundó la FST, que luego se transformó en USO. Supo también que es una agencia de noticias, (fue el primer delegado regional de Efe en la Comunitat Valenciana), y en AMEX, de México.
Hombre de bondad, tenía muy claro que se podía ser católico y liberal (aunque tampoco ahora el liberalismo es lo que era). Descanse en paz.
Vicente Cornelles