Sanitat investiga si la mujer de Cuesta tuvo que ver en su vacunación irregular
El ya exfiscal jefe guarda silencio ante la polémica por recibir la dosis contra el covid-19 La Fiscalía también abre un expediente gubernativo para llegar al fondo del asunto
La Conselleria de Sanitat investiga la presunta vacunación irregular contra el coronavirus del ya exfiscal jefe de Castellón, José Luis Cuesta, en el centro de salud 9 d’Octubre -donde su mujer trabaja como coordinadora de enfermería-- y depurará responsabilidades en el caso de confirmarse que su inoculación, como otras que están bajo sospecha, se llevó a cabo sin la pertinente autorización.
Aunque el departamento que dirige Ana Barceló insiste en que, de momento, no acusan a nadie y se centran en esclarecer cómo y por qué se vacunó el representante del Ministerio Fiscal, según ha podido saber este rotativo, una de las vías analizadas es la posible vinculación de su esposa por su profesión y su cargo en el centro de salud de la calle Trullols de Castelló.
Cuesta, por su parte, continúa en silencio absoluto y sin dar ninguna explicación a lo sucedido. Hasta la fecha, la única declaración realizada sobre su renuncia al cargo es la de la Fiscalía General del Estado, que emitió un comunicado el miércoles para confirmar la aceptación de la dimisión de Cuesta por «incumplimiento de lo dispuesto en la estrategia de vacunación covid-19 en España, aprobada por el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y ejecutada por las Comunidades Autónomas». El ya exfiscal jefe de Castellón alegó, sin embargo, en su carta de dimisión «motivos personales».
Paralelamente $ a la investigación sanitaria, la Fiscalía Superior de la Comunitat Valenciana ha abierto un expediente gubernativo para llegar al fondo del asunto. Y es que la dimisión de Cuesta llegó un día después de que la Fiscalía anunciara que va a estudiar a fondo todas las denuncias por supuestas irregularidades en los procesos de vacunación contra el coronavirus --aunque este tipo de acciones moralmente reprobables tienen un difícil encaje penal--.
Además del caso de Cuesta, en la Comunitat Valenciana se han dado otros casos similares, como
el de la concejala de Sanidad de Dénia, Cristina Morera, quien dimitió y pidió disculpas por inyectarse una de las vacunas «para que no se desperdiciara». «Estaba en la residencia de mayores porque me pidieron que ayudara a localizar a gente prioritaria y consideraron que vacunarme era lo mejor para no dejar perder la dosis», declaró la edila, muy criticada.
También han suscitado gran polémica los casos del obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, o el
del general del Estado Mayor de la Defensa, Miguel Ángel Villarroya.
Cuesta $ ejercía como fiscal delegado de Menores hasta 2010, cuando fue destituido por el entonces fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido. El motivo del cese fue la pérdida de confianza de su en aquel entonces superior, Javier Carceller --hoy su sustituto--. La mala relación entre ambos ha sido una constante desde entonces.
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