Las enfermeras dicen que dieron a la bebé que falleció las dosis «pautadas»
Afrontan 4 años por inyectar una cantidad letal
Las dos enfermeras acusadas del homicidio imprudente de una bebé de 20 meses en el Hospital Comarcal de Vinaròs en 2018 intentaron ayer justificarse en la primera jornada de un juicio en el que se enfrentan a penas de hasta cuatro años de cárcel. Hicieron referencia a la falta de personal en el centro y se escudaron en que no recordaban muchas de las cuestiones preguntadas por el fiscal, quien intentaba dilucidar por qué se le administró a la menor una dosis «letal» de glucosa, como determinó la investigación interna.
Las dos sanitarias juzgadas sostuvieron ayer que siguieron las indicaciones pautadas por los doctores, si bien cayeron en varias contradicciones y a algunas de las preguntas respondieron con evasivas.
La primera procesada, que estuvo de guardia en el turno de mañana, admitió que se limitó a preparar la posología que recogía la hoja médica sin consultar cuestión alguna con la facultativa que la había prescrito, pese a ser, dijo, la primera vez en los cuatro años que llevaba trabajando en el hospital que hacía esa preparación. Una respuesta que, le recordó el juez, no concordaba con su primera declaración y llevó a la sanitaria a puntualizar que era la primera vez que lo hacía sin ayuda.
Por su parte, la enfermera que la relevó en el turno de tarde, aseguró durante la sesión ayer que, aunque acudió en varias ocasiones al box a requerimiento de los padres y porque la bomba de infusión emitía pitidos, no le administró más dosis de suero glucosado a la pequeña que, cuando entró en crisis, presentaba un índice de glucemia de 1.700 mg/dL, un valor letal para la pequeña.
Los hechos que se juzgan se remontan a noviembre del 2018 cuando los padres acudieron con la menor al servicio de Urgencias del Hospital Comarcal de Vinaròs porque llevaba varios días con descomposición y vómitos. La niña fue sometida a observación e ingresada en boxes y la médico de guardia concluyó que presentaba un cuadro de gastroenteritis y deshidratación, por lo que dejó pautado por escrito el tratamiento con glucosalina que se le debía suministrar. Tras recibir una dosis incompatible con la vida, la pequeña empezó a convulsionar, entró en coma irreversible y acabo muriendo en el Hospital General por un fallo multiorgánico.
Las doctoras que atendieron a la bebé por convulsiones afirmaron ayer en el juicio que la muerte de la menor se debió, a su juicio, a «un error en la administración de la dosis pautada». La vista continúa hoy y mañana en Vinaròs.
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