Once años de cárcel por abusar de la hija de su vecina en Castelló
El tribunal le impone 9 años más de libertad vigilada y el pago de 8.000 € a la víctima El hombre, de 70 años, echaba de su casa al hermano de la niña para manosearla
Once años de cárcel, otros nueve de libertad vigilada y 8.000 euros de indemnización. Es la condena impuesta por la Audiencia Provincial a un vecino de Castelló por abusar de la hija menor de su vecina, de unos ocho años. El procesado, de 70, negó los hechos durante el juicio que se celebró contra él a finales del mes de noviembre, pero el tribunal considera verosímil el relato de la niña, así como el de resto de testigos.
Los hechos por los que ha sido condenado sucedieron entre 2016 y 2017. Aprovechándose de la relación de amistad con la madre de la menor por vivir en la misma plaza que ella, habitualmente invitaba a su casa a los hijos de esta, que tenían ocho y nueve años.
$
HECHOS PROBADOS Según declara probado el tribunal de la Sección Primera en la sentencia a la que ha tenido acceso Mediterráneo, el adulto intentaba que el niño se marchara del inmueble para quedarse a solas con la pequeña.
Con ánimo libidinoso, le daba besos en la boca, se quedaba en calzoncillos delante de ella y quitaba a la niña también los pantalones. Según consideran acreditado los magistrados, cogía a la víctima, se la ponía encima y hacía movimientos con evidente ánimo sexual. Asimismo, realizaba tocamientos a la menor, quien le pedía que parara en su actitud.
A consecuencia de estos hechos, la afectada sufrió afección psicológica y emocional, con ansiedad, miedos y perspectivas negativas. Asimismo, la exploración médica realizada a la niña reveló lesiones en los genitales compatibles con los hechos descritos.
«Me subía encima de él, me hacía cosas malas y tenía mucho miedo», declaró la niña, afirmando que eso ocurrió «tres o cuatro veces», declaró la víctima en su comparecencia en el juicio.
La madre $ de la pequeña, que fue citada también como testigo relató ante el tribunal que la relación con su vecino era casi «de familia» y que él era como una especie de abuelo para sus hijos. «Tenía mucha confianza en él y por eso dejaba a los niños a su cargo cuando me iba a trabajar», declaró la mujer, quien confesó que cuando le dijeron en el colegio lo que pasaba con su vecino no se lo podía creer. Y es que la pequeña comunicó a su tutora que el hombre la «tocaba». En el centro saltó la alarma, activaron todos los protocolos y, según contó el director de la escuela, los profesores se pusieron a «gestionar y denunciar el caso», concretó.
La Audiencia Provincial ha celebrado esta semana otros dos juicios por presuntos abusos a menores. Uno de ellos, a petición de las partes, tuvo lugar a puerta cerrada por la gravedad de los hechos y la vulnerabilidad de la víctima, una niña que tenía nueve años y un retraso psicomotor.
=