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LOS INTERROGANTES DEL FÚTBOL PROVINCIAL EN ÉPOCA DE PANDEMIA Todas las categorías estarán paradas, al menos, hasta principios de marzo, aunque no hay certeza de que las ligas se puedan completar con normalidad
El miércoles 23 de diciembre, poco antes de las 22.00 horas, el colegiado Néstor Ribes Barrera daba por finalizado el encuentro entre el Alqueries y el Cabanes, disputado en el feudo arlequinado, un partido pendiente correspondiente a la jornada cuatro. Así se llegaba al punto y final del año 2020 en el Grupo I de Regional Preferente. Desde entonces, seis semanas después, todavía no ha vuelto a rodar el balón en la categoría reina del fútbol provincial y, dada la situación actual, con el agravamiento de la pandemia del coronavirus, parece que tardará en volver a hacerlo por la incidencia del virus.
La pasada temporada, la expansión del covid-19 y el obligado confinamiento para contrarrestarlo forzaron un parón indefinido de las competiciones regionales a mediados de marzo. Dos meses después, la Federació de Futbol de la Comunitat Valenciana (FFCV) resolvía el ejercicio con ascensos directos, anulación de descensos y play-off exprés en el caso de los ascensos a las categorías nacionales.
Esta decoración era un escenario que se podía repetir y que de hecho contemplaba la FFCV. Por ese motivo, planificaron un curso más corto, con más grupos y menos equipos en cada uno con el fin de cuadrar una liga a 26 jornadas, ocho menos de lo habitual en Preferente y cuatro respecto a las últimas campañas en Primera y Segunda Regional.
A día de hoy, la competición está pospuesta, concretamente cuatro jornadas. La primera por las incidencias de la borrasca Filomena y las siguientes tres como medida de seguridad contra la pandemia. Pero el aumento de las restricciones impuestas por la Generalitat valenciana, como medida de choque para combatir los alarmantes rebrotes, han puesto en jaque el fútbol, pues la competición debía reanudarse el próximo fin de semana.
Sin embargo, la federación aboga por una reanudación de las ligas el 6 y 7 de marzo, con dos semanas para realizar una mini pretemporada en la segunda quincena del mes de febrero, tras el levantamiento, si todo va bien, de las restricciones.
Con la primera propuesta de reanudación, de retomar las competiciones este fin de semana, el calendario de las ligas se iba a extender hasta el 26-27 de junio, con la disputa de la promoción de ascenso a Tercera en julio. No obstante, esta programación salta por los aires y obliga a contemplar cuatro escenarios, siempre teniendo en cuenta que para que la temporada no sea declarada nula debe terminar la primera vuelta y actualmente restan cuatro jornadas para que suceda en cada categoría, amén de recuperar los partidos pendientes. A día de hoy son en torno a unos 30 duelos, contabilizando todas las ligas.
Actualmente hay cuatro opciones para resolver la situación. La primera, y más optimista, pasa por regresar a la competición a comienzos de marzo y completar la temporada, finalizándola el 27 de junio, intercalando hasta cuatro
La FFCV contempla la reanudación de la competición a principios de marzo si el covid-19 lo permite
jornadas entre semana. Otra similar pasaría por extender la liga hasta finales del próximo mes de julio o principio de agosto.
Otra forma de resolver las competiciones sería regresar a los terrenos de juego en cuanto la pandemia lo permita. A partir de ahí, disputar las jornadas posibles hasta el 30 de junio, tomando por concluyente la clasificación tras la última jornada disputada a pesar de no haberse podido completar la campaña. Una medida bastante kafkiana, pero, atendiendo la circular emitida en su momento por la FFCV, bastante posible.
La alternativa, a priori, más justa, pasaría por jugar solo las cuatro jornadas que restan para la finalización de la primera vuelta y, a continuación, decretar el final de la competición, haciendo vinculantes a los puestos ocupados en la clasificación tanto los ascen
Si no se completa la primera vuelta, declararían nulo el ‘curso’, sin ascensos ni descensos
sos, clasificación para play-off en su caso, como los descensos. De esta manera todos los equipos jugarían una vez con cada uno de los rivales que componen la liga. Esta solución sería la más factible, ya que solo serían necesarias cuatro fechas y, si hubiera tiempo, incluso se podrían planificar fases de ascenso y descenso con más equipos. Y es que la decisión que nadie quiere es que no se vuelva a jugar. Eso conllevaría al peor caso posible, pues si no se completara la primera vuelta, la temporada quedaría anulada sin ascensos ni descensos. De este modo se habrían disputado diez jornadas carentes de valor y los esfuerzos de los clubs, tanto a nivel deportivo como protocolario, habrían sido en balde, amén de los gastos realizados en una campaña sin vencedores ni vencidos.
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