Borrell pide la libertad de Navalni y Rusia replica con los presos del 1-O
El jefe de la diplomacia europea reclama investigar el envenenamiento Tras el encuentro, Moscú anuncia la expulsión de tres diplomáticos
Rusia se muestra intratable a la hora de debatir el caso Navalni con la UE. A cada reproche al respecto formulado ayer durante su visita a Moscú por el alto representante europeo de Política Exterior Josep Borrell, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, le respondió recordando el trato que han recibido movimientos opositores en Europa o EEUU, equiparable según su opinión. El jefe de la diplomacia rusa llegó a comparar al bloguero anticorrupción con los presos independentistas de Cataluña, y a la violenta represión de las protestas en su país, con actuaciones de la policía en EEUU.
«Por supuesto que hemos hablado del caso de Navalni y sobre la gente detenida en las manifestaciones», enfatizó Borrell, antes de exigir una «investigación transparente» para «aclarar» lo sucedido. A su derecha, Lavrov respondió, implacable, con una durísima amonestación que parecía incluso dirigida personalmente a Borrell, un hombre que siempre ha defendido que en Cataluña no existen presos políticos: «Los líderes independentistas catalanes están en prisión por organizar un referéndum, una decisión que la justicia española no ha revocado pese a que los tribunales de Alemania y Bélgica han fallado en contra; España ha pedido no dudar de sus decisiones judiciales; eso es lo que queremos de Occidente en términos de reciprocidad». El jefe de la diplomacia rusa también cuestionó las investigaciones de científicos alemanes certificando el intento de asesinato. La polvareda generada en España por las palabras de Lavrov fue tal que por la tarde, la ministra de Exteriores Arancha González Laya se vio en la necesidad de responder al mandatario ruso: «España es una de las 23 democracias plenas» del mundo y «todos los ciudadanos tienen garantizados sus derechos y libertades», para después expresar su deseo de que Navalni pueda hacer campaña como la están haciendo en España los independentistas.
Navalni fue enviado a prisión por violar las condiciones de una sentencia judicial dictada en el 2014 de tres años y medio de cárcel, al viajar a Alemania para ser hospitalizado, después de haber sido envenenado con un agente tóxico del tipo Novichok.
Dada la inexistencia $ de resultados de la visita de Borrell respecto a la suerte del activista, crece la posibilidad de que se impongan sanciones en una próxima reunión de los titulares de Exteriores comunitarios que se celebrará el 22 de febrero. En un tono áspero, Lavrov respondió a dicha amenaza asegurando que el comportamiento de los Veintisiete se asemejaba más al de EEUU imponiendo «sanciones unilaterales», y destacó que su país consideraba a la Unión cada vez más «como un socio no fiable». Horas más tarde, Rusia anunciaba la expulsión de diplomáticos de Alemania, Polonia y Suecia, a los que acusa de participar en las acciones en apoyo a Navalni. Durante la rueda de prensa, los medios rusos llevaron la voz cantante, con ataques velados a la Unión durante sus intervenciones, y apenas hubo espacio en los minutos finales del encuentro con los medios para hablar del caso del opositor.
Borrell tampoco logró su propósito de verse con el bloguero, quien ayer se enfrentó a una nueva vista judicial por «injuriar» a un veterano militar.
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