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INVESTIGACIONES POR CORRUPCIÓN El «arquitecto de los famosos» Joaquín Torres confirmó a la Guardia Civil la operación de compraventa de una parcela en Madrid en la que el exministro se llevó 3,4 millones
«Toda esta operación (inmobiliaria) fue una manera de hacerle un favor a Eduardo Zaplana, fue un negocio especulativo», aseguró el conocido como el arquitecto de los famosos, Joaquín Torres, ante los agentes del grupo de delitos contra la administración de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en su declaración del pasado 21 de octubre. Una declaración que ratificó en sede judicial el 22 de diciembre y que ha permitido confirmar a los investigadores del caso Erial dos cuestiones importantes. Una es el negocio redondo de 3,4 millones que Zaplana dio con la compraventa de una parcela en la exclusiva urbanización de Pozuelo de Alarcón La Finca. Y la otra el importante papel que realiza en toda esta historia su amigo de la juventud y compañero de la peña Picarol, Joaquín Barceló, que actuó de testaferro en el pelotazo.
Un papel del que Joaquín Torres no dudó en su declaración. «La operación de compra se hizo a través de una persona interpuesta, un testaferro que acompañaba a Eduardo Zaplana», aseguró el arquitecto a la Guardia Civil. Torres, mano derecha del promotor inmobiliario y propietario de La Finca, José Luis Cereceda, fallecido en el 2010, no recordaba el nombre del acompade ((
En lo que no tenía ninguna duda Torres es que la «compra fue una operación especulativa», porque «la compró y la vendió dos años después». El arquitecto llegó a reunirse en dos ocasiones con Zaplana para mostrarle la vivienda e, incluso, plantear reformas en la unifamiliar que ya existía en la parcela. Aunque le dio la «sensación de que nunca tuvo intención vivir en La Finca», porque no llegó a reformar la casa.
Ante una generosidad de tal calibre, la pregunta obvia que formularon los agentes de la UCO al arquitecto fue por qué Cereceda hizo a Zaplana el «favor» de venderle una parcela para recomprársela dos años después por el doble.
La respuesta del arquitecto deja una nube de interrogantes. «Luis García Cereceda quería que Eduardo Zaplana viviese en la urbanización», por lo que entiende que «toda esta operación fue un negocio especulativo». Aunque Torres aseguró desconocer por qué el empresario le hizo este favor a Zaplana en forma de 3,4 millones de plusvalía. «Este tipo de operaciones eran una manera de operar habitual de Luis García Cereceda y de su empresa Procisa», respondió. De hecho, el arquitecto de los famosos aseguró a los agentes que conoció «operaciones similares con personas de responsabilidad pública, pero la más extraña fue la de Zaplana».
Estas compraventas «no tenían lógica comercial: vendían por debajo del mercado y compraban a valor de mercado», por lo que Torres confesó a los agentes de la UCO que cree que «Luis García Cereceda se aprovechaba de sus relaciones con políticos y de la influencia de estos para desarrollar proyectos».
Esta estrecha relación entre Cereceda y Zaplana fue propiciada por el político valenciano que pidió a su amigo Luis Herrero, periodista y exeurodiputado del PP que le presentara al empresario. El encuentro se produjo cuando Zaplana aún era ministro de Trabajo, en la sede del ministerio, según contó Herrero a los agentes. A él también le constaba que Zaplana estuvo mirando la «posibilidad» de comprar una parcela en La Finca, incluso le acompañó, pero no le constaba si llegó a comprarla, pese a que él mismo fue consejero de Procisa, la empresa de Cereceda.
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