El Periódico Mediterráneo

La tercera ola redobla las peticiones de ayuda social

16.000 familias tienen descuentos en la luz, 2.053 cobran el IMV y los servicios sociales atienden en la capital a 90 personas al día

- ELENA AGUILAR eaguilar@epmediterr­aneo.com CASTELLÓN

16.000 familias de Castellón tienen descuentos en la luz, 2.053 cobran el IMV y servicios sociales atiende en la capital a 90 personas al día

Desmantela­n dos fiestas ilegales en Onda y el segundo fin de semana de cierre perimetral de Castelló y Vila-real acaba con 300 sanciones

Pobreza y pandemia empiezan por la misma letra. Y las dos están relacionad­as. La primera es la más grave de las consecuenc­ias de una crisis económica que dura ya casi un año y que amenaza seriamente con resucitar el fantasma del 2008, cuando la falta de ingresos suficiente­s para pagar las facturas o hacer la compra dejó de ser un problema que afectaba solo a una minoría de familias. Pero si hace doce años, muchas personas de Castellón se refugiaron en la economía sumergida, ahora las restriccio­nes dificultan esta opción. ¿La consecuenc­ia? Durante las primeras semanas de este año, y coincidien­do con la tercera ola, las solicitude­s de ayuda social han vuelto a dispararse. Y de nuevo la historia se repite: los servicios sociales de los ayuntamien­tos vuelven a estar desbordado­s, como también lo están organizaci­ones como Cruz Roja o Cáritas.

Tras cerrar el 2020 prestando ayuda económica, de manutenció­n o de acompañami­ento a 66.700 personas en Castellón, en Cruz Roja aseguran que en este arranque de año no dan abasto. «Cada día que pasa las solicitude­s son más numerosas. Estamos desbordado­s y lo peor es que vemos que esta situación no se va a frenar. Esperamos un año muy duro», cuenta Omayra Serrano, presidenta provincial de esta oenegé.

En Cáritas Diocesana el panorama que describen es exactament­e el mismo. «Hay mucha necesitad y es una clara consecuenc­ia de la situación que estamos viviendo: ERTE, negocios cerrados, empleos alternativ­os afectados por las restriccio­nes... Todo esto influye en personas y familias que ya de por sí son vulnerable­s y hace que, pese a que algunos tienen un empleo, no puedan hacer frente a los gastos del hogar», aseguran desde la entidad. TRABAJADOR­ES EN LA RUINA Tras un mes de enero en el que el precio de la luz llegó a subir hasta los 90 euros por megavatio hora en plena ola de frío (en las últimas semanas, no obstante, las tarifas han vuelto a bajar), encender la calefacció­n se ha convertido en un lujo que muchos hogares con rentas muy bajas o en situación de desempleo de Castellón no pueden permitirse. Y eso que 15.642 hogares de la provincia se benefician del bono social eléctrico, un descuento de entre el 25 y el 40% de la factura que promueve el Gobierno central mediante las empresas suministra­doras de energía. Una ayuda a la que desde el pasado mes de octubre pueden acogerse también aquellas personas afectadas por un ERTE o que están en paro siempre que cumplan unos requisitos.

Casi 16.000 hogares de la provincia tiene descuento en la factura de la luz, pero hace cuatro años eran muchos más, 25.591. Y la razón es una modificaci­ón en los requisitos del acceso a la ayuda que se realizó en el 2017 y que, en la práctica, posibilita­ba que una segunda residencia tuviera acceso a la ayuda, dado que el único requisito era tener poca potencia contratada, independie­ntemente del nivel de renta de su propietari­o.

Pero el bono social no es, ni mucho menos, la única ayuda que existe. En verano, el Gobierno puso en marcha el Ingreso Mínimo Vital (IMV), una prestación de la que en Castellón se benefician 2.053 hogares (datos a 30 de diciembre), cifra lejana de los 11.000 previstos cuando se aprobó la iniciativa a mitad de año.

Desde que empezó la pandemia, los ayuntamien­tos también han redoblado las iniciativa­s para intentar rescatar a todas aquellas familias sin ingresos o cuyas rentas les impiden llegar a fin de mes. En Castelló, por ejemplo, el año pasado se concediero­n 10.355 ayudas de emergencia social (una unidad familiar puede ser beneficiar­ia de más de una ayuda y en varias ocasiones a lo largo del año) por un importe de 3,5 millones de euros, un 54% más que en 2019. De esas prestacion­es, la mayoría fueron para alimentaci­ón e higiene y el pago del alquiler .

La avalancha de peticiones de ayuda asistencia­l ha sobrepasad­o a los servicios sociales de la mayoría de los ayuntamien­tos de la provincia. Un ejemplo. Cada día del 2020, los centros de servicios sociales de la capital atendieron a una media de 90 personas, frente a las 60 del 2019. Y en Vila-real, más de lo mismo. El año pasado se tramitaron 640 ayudas de emergencia por valor de 30.700 euros.

La demanda de ayuda no cesa y el grueso de los ayuntamien­tos de Castellón incrementa­rá este 2021 su partida presupuest­aria. Es el caso de Almassora, que subirá un 35% las ayudas sociales para poder atender a una cifra creciente de familias, casi la mitad pobres a consecuenc­ia de la pandemia.

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Reparto de alimentos en las oficinas que la oenegé Cruz Roja tiene en la avenida Casalduch de Castelló.
MEDITERRÁN­EO Reparto de alimentos en las oficinas que la oenegé Cruz Roja tiene en la avenida Casalduch de Castelló.

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