La provincia mantiene su atractivo para los clientes del extranjero
La pandemia no varía el porcentaje de ventas destinadas al mercado foráneo Pese a estos datos, la digestión de la crisis de la década pasada sigue en Castellón
Las segundas residencias siguen teniendo un peso importante en el mercado inmobiliario de Castellón, especialmente en los destinos con mayor atractivo costero, como Benicàssim, Orpesa, Alcossebre o Peñíscola. Uno de los motores que alimenta este tipo de actividad es la segunda residencia, y según la estadística registrada, la provincia mantiene el ritmo. El 11,24% de las compras de viviendas realizadas en los últimos tres meses del año en Castellón la realizaron extranjeros. En total fueron 134. En la clasificación por provincias ocupó el undécimo puesto y se situó por encima de la media nacional, que está en el 10,7%.
El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Castellón, Francisco Nomdedeu, señala que en este caso «no solo se da el perfil de la persona que acude para tener un lugar de descanso, sino también hay que tener en cuenta a quienes vienen de otro país con motivos laborales». Llegados a este punto, afirma que el número de compras que realiza gente procedente de fuera de España «sería aún mayor si hubiera más agilidad para la tramitación de los números de identificación de extranjeros». Un documento necesario para poder cerrar una adquisisición de propiedad inmobiliaria. «Nos han comunicado muchos casos en Alcossebre o Vinaròs, que todavía no han concluido a falta de formalizar este paso», desgrana.
SAREB Por otro lado, el mercado de la segunda residencia es el que más experimenta la incertidumbre, a expensas de ver cómo evoluciona la economía en los próximos meses. Por el momento, Castellón dispone todavía de un abultado estoc de viviendas construidas en el boom de los primeros años del siglo, y que el mercado sigue pendiente de digerir. La Sareb, conocido popularmente como el banco malo, que gestiona buena parte de estos activos, sigue con unas 9.000 propiedades. El ritmo de ventas es lento y en los primeros 11 meses del 2020 comercializaron unos 400. Al no ser una compra de necesidad, este tipo de productos son los más sujetos a los vaivenes económicos.