‘Junts’ pide un pacto con ERC y CUP y sin ‘comuns’
Borràs inicia el diálogo con Aragonès
JxCat va a vivir a partir de ahora un doble debate, una doble estrategia. La exterior, cara a la negociación con ERC para la investidura y un posible pacto de gobierno y de legislatura. La interna, para empezar a analizar lo que podría llamarse una dulce derrota frente a su principal rival independentista. El partido de Carles Puigdemont va a intentar conducir ambos frentes con sigilo dado lo mucho que hay en juego: hegemonía política, cargos y, la constatación o no de que su estrategia no es ganadora.
La dirección de Junts se reunió ayer en un clima relajado. En el frente de la negociación con ERC, la guía de estilo del partido de Puigdemont es vender muy cara la derrota, negociar desde una posición de fuerza sin mostrar ni ansia por los cargos ni prisa.
Es por ello que el secretario general del partido, Jordi Sànchez, sacó la autoestima: «35.000 votos y un escaño (la ventaja de ERC sobre ellos) no es un elemento que desequilibre (...); lo que nos dijo ayer el electorado es: partidos, dirigentes, haced vosotros el trabajo».
Sànchez habla de empate técnico. Y Borràs recordó en una entrevista que hace tres años el reparto de miembros del Govern fue casi equilibrado, cuando JxCat ganó por dos escaños a ERC. Es decir, que van a exigir casi la paridad. Salvo la presidencia de la Generalitat, claro.
En la estrategia para la independencia, Sànchez trazó un discurso claro: tras superar el 50% de los votos, el soberanismo ha de mantener un rumbo firme. Junts no va a aparcar a priori la vía combativa. Se mantiene a la espera de que ERC mueva ficha, con la única linea roja de no compartir el Govern con los comuns. Solo entre independentistas.