La Zarzuela desmiente que el rey emérito esté grave
El Tribunal Supremo rechaza la querella de IU contra Juan Carlos I
La Zarzuela desmintió ayer que Juan Carlos I esté «en estado grave», tal como había afirmado la periodista Pilar Eyre, autora de varios libros sobre la monarquía española. Eyre había asegurado que Elena y Cristina de Borbón se habían desplazado a verle a Abu Dabi, donde el emérito vive desde agosto para proteger a la Corona de las sombras sobre su fortuna. Fuentes oficiales de la Casa del Rey declararon que esa «supuesta información» difundida el domingo no tiene «ningún fundamento». La revista ¡Hola! contactó con Juan Carlos, que también se mostró tajante ante la afirmación de Eyre, que incluso había detallado en Twitter que la jefatura del Estado se estaba planteando «la posibilidad de su traslado a España».
«Estoy perfectamente. Hago dos horas de gimnasia el día y me encuentro muy bien», le dijo a la publicación. Sí es cierto que Elena y Cristina viajaron la semana pasada a los Emiratos Árabes Unidos para visitar a su padre. De hecho, la hermana mayor de Felipe VI es al menos la tercera vez que lo hace. A finales del año pasado también se publicó que el rey emérito estaba ingresado por covid y la Zarzuela lo desmintió de forma pública.
Juan Carlos habló con varios amigos durante el día para que le ayudaran a aclarar el asunto. Eso le pidió a Raúl del Pozo, que notó al emérito con «un maravilloso humor». El articulista afirmó en La Sexta que «va a volver pronto porque no hay ninguna ley que se lo prohíba» e insistió en que está bien, «como un oso», una expresión que también usó Carlos Herrera. El locutor de la COPE y también amigo del emérito publicó, además, una fotografía, supuestamente reciente, del exjefe del Estado en la que se le ve en un almuerzo junto al príncipe heredero de los Emiratos Árabes Unidos, Sheikh Mohammed.
Por otro lado, el Tribunal Supremo ha vuelto a rechazar la querella presentada por el PCE, IU, el Foro de Abogadas y Abogados de Izquierdas, según informa Ángeles Vázquez. El auto se centra en que las querellas reproducen básicamente informaciones de prensa, lo que resulta insuficiente para abrir una causa penal. «Los juicios de valor no convierten la noticia en delito», dice.