La izquierda Kosovar dobla sus resultados y busca la estabilidad
El partido nacionalista Autodeterminación arrasa con un 49% de los votos pero necesitará aliados El autoproclamado Estado independiente tiene el reto de normalizar las relaciones con Serbia
Tras arrasar en las legislativas del domingo en Kosovo, el partido izquierdista y nacionalista Autodeterminación, de Albin Kurti, afronta el desafío de lograr una alianza de Gobierno que estabilice al país y garantice su avance en su camino hacia la Unión Europea. Al obtener el 49% de los votos –tras el escrutinio del 99% de los sufragios, según datos facilitados ayer por la Comisión Electoral Central–, Autodeterminación dobló el apoyo que tenía y dejó muy rezagado, con el 17,35%, al Partido Democrático de Kosovo (PDK). Surgido de la guerrilla separatistas que luchó contra Serbia a finales de la década de 1990, el PDK estuvo durante veinte años ininterrumpidamente en el poder, hasta el 2019.
Pero lo poco que le faltó a la formación de Kurti para alcanzar la mayoría absoluta puede complicar su subida al poder, dada las tensiones y diferencias que hay entre las diversas fuerzas políticas, un constante factor de inestabilidad en esta antigua provincia serbia, autoproclamada independiente en el 2008.
Aunque todavía se desconoce el número de diputados que tendrá el ganador en el Parlamento kosovar –de 120 escaños–, se calcula que no serán suficientes para gobernar en solitario y tendrá que buscar un aliado.
Como tercera fuerza parlamentaria quedó la conservadora Liga Democrática de Kosovo (LDK), actualmente en el poder, que obtuvo el 13,08% de los votos, seguida de la Alianza para el Futuro de Kosovo (AAK), otro partido de exguerrilleros, con el 7,42%.
MINORÍAS En el nuevo Parlamento entran también los representantes de las minorías, con un total veinte escaños garantizados, correspondiendo las mitad de ellos a los serbokosovares. El dilema que afronta Kurti, candidato de Autodeterminación a primer ministro, es que cualquier compromiso mermará las posibilidades de cumplir sus promesas electorales de cambiar el país y en especial de luchar de forma eficaz contra la corrupción y a favor del imperio de la ley.
Esa visión «ha movilizado a todo Kosovo para dar su voto a Kurti», asegura el analista albanokosovar Idro Seferi. «Él ha ganado las elecciones con la idea de cambios internos. Los ciudadanos de Kosovo no tienen otra perspectiva», añade el experto, al explicar que el futuro del país en la UE al que aspira está aún lejos.
Los kosovares están decepcionados por el estancamiento en su nación, por lo que han castigado en estas elecciones a las viejas elites políticas que se han sucedido en el poder. Las acusan de corrupción, nepotismo y vínculos con el crimen organizado.
Los efectos de la pandemia del covid19 han empeorado aún más la situación económica en Kosovo, uno de los países más pobres de Europa, con 1,8 millones de habitantes de una edad media de 30 años y donde la tasa de desempleo supera el 50% en los jóvenes.
Otro gran reto para Kosovo será normalizar las relaciones con Serbia, que no reconoce la independencia kosovar. Ambos países mantienen difíciles negociaciones que, auspiciadas por la UE, se arrastran desde el 2011. Sin embargo, Kurti, quien hasta ahora ha mantenido una postura dura hacia Belgrado, ha dejado claro que ese diálogo no figura entre sus prioridades.
A pesar de que hubo ciertos acercamientos y acuerdos, «el diálogo no ha funcionado bien hasta ahora» y no se ha creado un clima de reconciliación que lo facilite, afirma Seferi.
LA UE AYUDARÁ El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, manifestó ayer que los Veintisiete seguirán ayudando. «La Unión Europea seguirá colaborando con las autoridades con miras a ayudar a Kosovo a lograr avances tangibles en su camino europeo. Esto requerirá que avance en las reformas, guiado por el Acuerdo de Estabilización y Asociación y la Agenda Europea de Reforma, así como en la cooperación regional», declaró Borrell en un comunicado.
Además de lograr alianzas o apoyo parlamentario para poder gobernar, la primera gran prueba para Autodeterminación será la elección del nuevo presidente de Kosovo en dos meses. El jefe del Estado se elige en una votación en el Parlamento que requiere un quórum mínimo de dos tercios.
Seferi estima que para Kurti será más fácil formar un Gobierno con el apoyo de diputados de las minorías, ante todo las no serbias.
Pero «el mayor reto para la estabilidad será la elección del presidente», que deberá ser nombrado antes de mayo. «Si eso no ocurre, podrá haber pronto nuevas elecciones», advirtió. Actualmente, el más alto cargo lo desempeña de forma interina la presidenta saliente de la Cámara, Vjosa Osmani, después de la dimisión del exlíder guerrillero Hashim Thaci. Thaci abandonó la jefatura del Estado en noviembre del 2020 tras ser acusado de responsabilidad en crímenes de guerra cometidos entre 1998 y el 2000.