Campofrío y El Pozo lideran un proyecto de 3.500 millones de €
Hasta 21 empresas del sector cárnico participan en esta estrategia de inversión con ayudas de la UE La idea incluye a toda la cadena, del campo al supermercado, para modernizar su estructura
Hasta 21 empresas, entre ellas, Grupo Fuertes (El Pozo), Campofrío, Grupo Jorge, Vall Companys y otras menos conocidas, como Incarlopsa (uno de los principales proveedores de Mercadona) o Uvesa (principal productor de pollo a nivel nacional), lideran un gran proyecto de inversión del sector cárnico que, con ayuda de los fondos europeos, aspira a movilizar 3.500 millones de euros, la mitad públicos y la mitad privados. Un macroproyecto que cuenta con el asesoramiento de Llorente y Cuenca (LLYC ) y que tiene como objetivo la modernización estructural del sector con la implicación de socios tecnológicos de la talla de Hispasat y Telefónica.
Al abarcar toda la cadena, desde las granjas de ganado hasta las plantas de transformación, pasando por los mataderos, las salas de despiece o la industria de frío, el plan tiene una gran capitalidad y especial incidencia en la denominada España Vaciada. «La mayoría son actividades que se desarrollan en localidades pequeñas y medianas que afectan a todas las comunidades autónomas. Es un proyecto con un poder tractor muy grande», explica el director de Supply Chain Southern Europe de Campofrio, Juan Carlos Arce.
Presentado a cinco manifestaciones de interés de distintos ministerios y abierto a nuevas empresas, el proyecto será presentado al Gobierno en abril con el objetivo de ser convertido en un gran proyecto tractor, conocido en la jerga de los fondos como Perte. «Es un sector líder que lo que pretende con la reforma estructural de la cadena es seguir siendo líder», explica el coordinador general del proyecto y consultor senior en el sector agrícola en LLYC, Fernando Moraleda.
SISTEMA DE TRAZABILIDAD DE ÚLTIMA GENERACIÓN. La trazabilidad en el sector de la carne es fundamental para dar confianza al consumidor. El proyecto se marca como objetivo transversalizar la gestión de los datos en el conjunto de la cadena y crear un blockchain para darle un mayor valor añadido, sobre todo en el exterior. «En el mundo analógico se requieren papeles, certificados y firmas que hay que esperar a recibir, pero que pueden ser digitalizados con la tecnología blockcain para que sean más agiles, seguros y eficientes», explica Juan Carlos Arce.
ACELERAR LA INNOVACIÓN EN EL CONJUNTO DE LA CADENA. Por un lado, la aliaza con Hispasat sirve para reforzar la conectividad con el satélite en aquellas zonas a las que no llega la fibra. Y que, así, puedan surgir nuevas herramientas. Por ejemplo, en los rebaños en extensivo o en zonas de montaña donde el ganadero no va a diario se podría conocer a través de sensores el estado de salud de los animales y su localización o el movimiento de animales salvajes. Por otro lado, el acuerdo con Telefónica prevé implantar el 5G en la industria para desarrollar nuevos usos relacionados con la Inteligencia Artificial y la robotización.
INCREMENTAR LA COMPETITIVIDAD EN ESPAÑA Y FUERA. Se prevé una mayor inversión para garantizar el bienestar animal, por encima de los estándares europeos, una disminución de las emisiones tanto en la industria como en la ganadería con productos más ecológicos, un mayor impulso por las energías renovables y la economía circular (para lo cual están en negociaciones con otro gran socio). Además de la disminución de los plásticos de un solo uso y la reutilización de una nueva estrategia de ecodiseño o el tratamiento de purines y la eliminación de los residuos de forma eficiente. «En digitalización y sostenibilidad lo que pretende el proyecto es adelantarse estratégicamente a lo que será obligación por norma dentro de 5 o 10 años», explica Fernando Moraleda.
EFECTO ARRASTRE EN LA CADENA. A través de las empresas tractoras, líderes del mercado, el proyecto prevé generar un impacto de arrastre y llegar a las pequeñas y medianas compañías de toda la cadena. Ya más de un centenar de empresas elaboradoras (encargadas de embutidos y loncheados) han solicitado entrar en el proyecto, en su mayoría pymes. «El éxito de este proyecto dependerá de que alcance a todas las empresas, desde la más grande hasta la más pequeña», añade el presidente ejecutivo del proyecto, Manuel García, de Vall Companys.
NUEVOS MODELOS DE NEGOCIO DIGITAL. La tracción de los socios tecnológicos y la implementación de nuevos usos crearán nuevos empleos vinculados al sector servicios, al sector ganadero y a la propia industria, sobre todo en las empresas más pequeñas.
MEJORAR LA INVERSIÓN EN CIENCIA E INNOVACIÓN. La apuesta por la digitalización y la sostenibilidad incluirá también un incremento por soluciones innovadoras. Un ejemplo sería robotizar puntos críticos de la cadena de valor para evitar situaciones de riesgo en la industria como ha ocurrido con el coronavirus en algunas granjas de Alemania.
SEGURIDAD ALIMENTARIA Y BIENESTAR ANIMAL. Mejorar el negocio y las instalaciones para que el bienestar animal se adapte a las políticas europeas ‘de la granja a la mesa’. «La seguridad alimentaria con la que hoy estamos cómodos, quizás mañana competidores como Estados Unidos, Canadá o Brasil trabajarán en esa dirección y llegará un momento en el que deberemos mejorar esos estándares de calidad», explica Manuel García.
La iniciativa tiene gran capilaridad y especial incidencia en la España Vacía
IMPACTO EN EL EMPLEO JOVEN Y FEMENINO. El proyecto busca crear un impacto positivo del empleo en zonas con especial problema de despoblación como es la España Vaciada, priorizando por parte de la cadena en el empleo joven y el empleo joven y el empleo femenino. «Creemos que os jóvenes tienen una predisposición mucho mayor para involucrarse en tareas ganaderas con nuevas técnicas de digitalización y sostenibilidad y la mujer es determinante para el mantenimiento de la actividad en las zonas rurales», explica Fernando Moraleda, de Llorente y Cuenca.