Castellón cae a 57 contagios, la cifra más baja en un mes
El dato es uno de los menores de esta ola mientras aún hay más ingresos que en abril
Con los contagios a la baja, aunque la presión hospitalaria sigue siendo elevada y no se puede bajar la guardia, el Consell trabaja en el próximo escenario, que no es otro que la ansiada desescalada una vez se dé por doblegada esta tercera ola, cuyos efectos sanitarios y económicos han sido y siguen siendo demoledores. Algunas comunidades han empezado a aflojar las restricciones, empezando por la hostelería, lo que también podría llevarse a cabo en la Comunitat, donde las limitaciones, como la clausura total de bares y restaurantes, el cierre de comercios a las 18.00 horas o el cierre perimetral de las grandes ciudades en fin de semana, estarán en vigor hasta el 1 de marzo.
Aunque hay voces dentro del Consell, como las de la vicepresidenta, Mónica Oltra, que descarta por el momento cualquier posibilidad de relajar las medidas para evitar una temida cuarta ola, hay otras, como las del propio presidente, Ximo Puig, que reivindican, primando siempre la salud, la necesidad de aliviar las limitaciones que afectan a los sectores económicos. Se trata de un complicado equilibrio.
Ayer mismo el jefe del Consell volvió a insistir en que la desescalada será «prudente, muy prudente» en la Comunitat Valenciana, teniendo en cuenta las necesidades de los sectores afectados y sin «ninguna actitud impositiva en
absoluto». Puig avanzó que durante estos 15 días analizarán la situación con los expertos de salud pública y «en contacto» con los sectores afectados para estudiar qué medidas se pueden tomar para mejorar su situación.
APERTURA DESCONVOCADA «Restringir contactos es lo que nos está haciendo avanzar», defendió antes de hacerse pública la decisión de la Asociación Hostelera de Castellón (Ashocas) de desconvocar la apertura de sus locales que ha
bían anunciado para este martes, a pesar de que está prohibido por las restricciones acordadas en la Comunitat Valenciana.
Puig remarcó que la voluntad de diálogo con el sector es «absoluta» y recordó la situación de la Comunitat a pesar de la evolución positiva. «Estamos mucho mejor que hace unas semanas, pero aún no estamos suficientemente bien», señaló. En este sentido, pidió comprensión a los sectores afectados, que «lo están pasando francamente mal», y aseguró que entiende y empatiza con su «dolor y sufrimiento», además de recordar que se pueden acoger al plan de ayudas Resistir y lanzarán una segunda edición si es necesario.
REUNIÓN Por tanto, será la de hoy la primera reunión en la que pondrán encima de la mesa posibles medidas para aliviar restricciones una vez levanten las medidas anticovid en vigor. El presidente de Ashocas, Álvaro Amores, quien confía en que los negocios puedan abrir antes del 1 de marzo, destacó ayer que la asociación se reunirá hoy con la consellera de Sanitat, Ana Barceló, y el secretario autonómico de Turisme, Francesc Colomer, para presentarles de nuevo sus demandas.
El colectivo planteará un plan de desescalada «responsable». Los hosteleros reclamarán la reapertura de las terrazas, que los interiores puedan utilizarse al 50% de su aforo, que el límite se establezca en ocho comensales por mesa y alargar la hora de cierre hasta las 18.00 horas, como el comercio. Antes de las actuales restricciones, bares y restaurantes trabajaban con un tercio del aforo, el 50% en las terrazas, cuatro personas por mesa y cierre a las 17.00 horas.
La entidad hostelera agradeció el apoyo que han recibido de otras asociaciones del sector, como la de Elda y Petrer, Sagunto, Llíria, Benicarló, Orpesa, Segorbe, la Vall d’Uixó, Burriana, Onda, Alcossebre, Benicàssim, y de «todos los hosteleros de València que iban a secundar la protesta», destacan sobre las intenciones iniciales.