La coalición PSOE-Unidas Podemos se instala en el sabotaje mutuo
Los morados llamaron al PP y ERC para frenar la ley de igualdad de trato, registrada por los socialistas El partido de Pedro Sánchez asume que la pugna va para largo y prevé nuevos choques y tensiones
Lsultarlo, el debate de la proposición de ley en el pleno del pasado martes. Los de Iglesias, separándose por vez primera en una votación, se abstuvieron, pero la propuesta prosperó con el apoyo de ERC, PNV, Cs y Más País.
Sin embargo, fuentes de ERC aseguran que Podemos intentó que votaran en contra de la iniciativa. Los morados niegan que hubiera llamadas explícitas para torpedear el proyecto. Alegan que fue al revés: distintos grupos se pusieron en contacto con ellos, que se limitaron a transmitir su punto de vista. Los republicanos, que asisten con cierto malestar a este choque, desmienten esta versión. «Las tensiones en el seno del Ejecutivo no van con nosotros, no queremos participar», señalan.
Pero las maniobras no solo incluyeron a los socios tradicionales de la coalición. Fuentes del PP explican que también fueron contactados por Podemos para conocer el sentido de su voto. En cualquier caso, el partido de Iglesias sostiene que la ley de igualdad de trato, sin el visto bueno de Igualdad, solo busca parar la tramitación de las leyes LGTBI y trans, que también son objeto de discordia.
Las acusaciones de sabotaje discurren en ambos sentidos. A finales de la pasada semana, Igualdad, dirigido por Irene Montero, culpó al PSOE de filtrar un informe desfavorable de este ministerio sobre la ley de igualdad de trato. Fuentes moradas, además, acusaron a sus socios de romper la negociación e incumplir el acuerdo de investidura al registrar la iniciativa.
Si en algo coinciden ambas partes, más allá de subrayar que la coalición no está en peligro, es en que este choque ha provocado que se crucen líneas que hasta el momento parecían bastante sólidas. En el PSOE asumen que la tensión no se va a disipar. «Continuará», anticipa un ministro. Los choques, coinciden todos los consultados, seguirán produciéndose, sobre todo con las iniciativas que provengan o afecten a Igualdad. En la dirección del grupo socialista atribuyen la actitud de los morados a su voluntad de comportarse simultáneamente como un partido de Gobierno y de oposición. «No se puede soplar y sorber al mismo tiempo», señalan.
LAS LÍNEAS ROJAS / Los morados, mientras tanto, consideran una «deslealtad» la actitud de los socialistas, al invadir las competencias de Montero. Señalan que la tramitación de la proposición de ley sin el acuerdo de todo el Gobierno supone traspasar varias líneas rojas. No obstante, creen que la situación es reconducible.
Por el momento, una de las primeras consecuencias de la tensa relación consiste en que el presidente del Gobierno haya cancelado la reunión semanal con sus socios para analizar la estrategia de Gobierno. A este encuentro, que tenía lugar los lunes, acudían por parte del PSOE Sánchez, su jefe de Gabinete, Iván Redondo; la vicepresidenta Carmen Calvo; el ministro de Transportes, José Luis Ábalos; la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, y el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver. Por Podemos asistían Iglesias, la ministra de Igualdad, Irene Montero; el portavoz parlamentario, Pablo Echenique, y Juanma del Olmo, secretario de Comunicación del partido. Sánchez ha optado por reemplazar estas reuniones con una cita a solas con Iglesias.
La tensión entre los socios se volvió a palpar ayer en la sesión de control del Congreso de los Diputados. Con la derecha en bloque criticando las palabras de Iglesias durante la campaña catalana sobre la presunta falta de «normalidad democrática» en España, el jefe del Ejecutivo evitó defender al viceDperehseidcehnot, e l. a fotografía en el Congreso de los Diputados fue la de los diputados del PSOE evitando aplaudir en el pleno las respuestas del vicepresidente segundo y líder de Podemos, Pablo Iglesias. Y ante las críticas de la oposición ni siquiera el presidente Pedro Sánchez ni la vicepresidenta Carmen Calvo aprovecharon sus intervenciones para realizar una defensa abierta de Iglesias, mientras desde el PP, Vox y Ciudadanos se le reprochaban sus dudas sobre la plena normalidad democrática de España.