Pie y medio en octavos
El Submarino recupera la solidez y la efectividad en Europa League y vence en Salzburgo con goles de Alcácer y Fer Niño.
El Villarreal se bebió al Red Bull Salzburgo sorbo a sorbo, con paciencia y recuperando las señas de identidad que distinguen a los amarillos. No fue fácil porque no puede serlo a estas alturas en la Europa League, pero sin ser todavía su versión premium, sí que estuvieron más cerca de ella y los dos goles de Alcácer y Fer Niño aproximan el pase a octavos que deberá certificarse en Vila-real. Salzburgo se convirtió en la pista de despegue.
Emery no tenía que inventar nada. La clave era que el Villarreal volviera a ser el Villarreal después de reveses duros en Liga y Copa. Que el técnico amarillo va a por todas ya quedó demostrado en la Copa pese a la derrota ante el Levante. En Salzburgo lo refrendó.
La alineación era titularísima. Era el primer paso después de tantos contratiempos en forma de lesiones. Después apostó por el dibujo que mejores resultados le ha dado, el 4-3-3 flexible que se manifiesta de una forma en ataque y que se pone una máscara distinta cuando toca replegarse. Y el Villarreal funcionó después de una crisis de identidad profunda ante el Betis. Parte de culpa la tuvo Trigueros y también Capoue. El talaverano inyectó fútbol a su equipo y el francés, equilibrio. Luego, estaba el bonus Gerard, el delanterocampista, ese híbrido de ariete goleador y centrocampista que corre, piensa y juega bien al fútbol.
Al Submarino también le ayudó la presión tan alta del Salzburgo, que si bien dificultaba la salida del balón, ofrecía, por contra, más espacios, algo que siempre agradece el Villarreal, que lo pasa peor cuando el rival juntas sus líneas y regala medio campo. En ese escenario se palpaba un suave aroma de superioridad grogueta. Gerard tuvo la primera oportunidad en una falta botada por Parejo que se le marchó fuera al 7. Y un minuto después, un penalti de Kristensen a Parejo, transmitía que en Austria empezaba la resurrección. Pero el mal fario se asomaba cuando Alcácer volvió a fallar un penalti como ya sucediera en Granada. El lanzamiento fue muy deficiente.
Dos errores consecutivos de Parejo eran un aviso del Salzburgo, que era constante en su presión avanzada. Pero si una cualidad tiene este equipo de Emery es que posee argumentos para marcar a poco que se le presente la ocasión. Y llegó en una falta lateral, que con Parejo siempre es una opción de peligro, y Gerard Moreno ganó en el salto a Kristensen y dejó a Paco