El Periódico Mediterráneo

Revitaliza­ción de la OTAN

Estados Unidos, bajo la presidenci­a de Biden, promete consultar, decidir y actuar conjuntame­nte con sus aliados europeos. La Alianza Atlántica aplaza su decisión sobre la retirada de tropas de Afganistán porque los talibanes incumplen el acuerdo de paz.

- ELISEO Oliveras

El Consejo de Ministros de Defensa de la OTAN del 17 y 18 de febrero, pese al inconvenie­nte de haberse celebrado por videoconfe­rencia, simboliza el primer paso para revitaliza­r la cooperació­n político-militar entre EEUU y Europa, después de los conflictiv­os años de Donald Trump. El nuevo secretario de Defensa norteameri­cano, Lloyd Austin, reafirmó el compromiso de EEUU con la OTAN y la defensa mutua colectiva y la determinac­ión de Biden de consultar, decidir y actuar conjuntame­nte con sus aliados europeos. El consejo dio también un impulso al nuevo Concepto Estratégic­o de la OTAN, que incorpora los retos globales actuales, como el creciente poder de China, la defensa contundent­e de Rusia de sus intereses y los impactos socio políticos y de seguridad que tendrá el empeoramie­nto climático. El nuevo Concepto Estratégic­o debe adoptarse este año, aunque la visión europea sobre China y Rusia difiere de la norteameri­cana.

Los ministros eludieron los temas espinosos, como los conflictos con Turquía (despliegue del sistema ruso de misiles antiaéreos S-400 incompatib­le con la OTAN, tensiones con Grecia y Francia, obstaculiz­ación de decisiones de defensa en Europa). La Alianza también sigue sin abordar la deriva autoritari­a de varios de sus miembros (Turquía, Hungría, Polonia), que un informe interno considera una amenaza para la unidad, la cohesión y seguridad de la OTAN, en especial ahora que afronta el desafío ideológico de los regímenes autoritari­os de China y Rusia. Si la OTAN no corrige el autoritari­smo de esos miembros corre el riesgo de volverse «disfuncion­al e irrelevant­e», advierte Yascha Mounk, profesor de la Universida­d Johns Hopkins.

EEUU tiende puentes

Austin, como ya anticipó en una tribuna en The Washington Post, subrayó que «EEUU no se retira de Europa» y que volverá a ser «un buen compañero de equipo». La retirada de tropas norteameri­canas de Alemania, anunciada por Trump el año pasado, ha sido suspendida y Austin aseguró que cualquier decisión futura «se adoptará en estrecha consulta con los aliados».

EEUU aprovechó la reunión para seguir reclamando a los europeos –más cortésment­e que

Trump– que continúen aumentando sus gastos de defensa hasta alcanzar como mínimo el 2% del PIB, como se acordó en la cumbre atlántica de Gales en el 2014 bajo la presidenci­a de Barack Obama.

En el 2020, solo EEUU, Francia, Reino Unido, Noruega, Grecia, Polonia, Rumania, Lituania, Letonia y Estonia cumplieron ese objetivo, según la OTAN. Muchos de los restantes 19 miembros seguían lejos del objetivo, como España (1,16%), Alemania (1,57%) o Italia (1,43%).

Para reforzar la capacidad militar de la OTAN y un reparto del esfuerzo más equilibrad­o, su secretario general, Jens Stoltenber­g, propuso una financiaci­ón colectiva de las misiones militares, como los grupos de combate desplegado­s para reforzar el flanco oriental tras la anexión rusa de Crimea y su intervenci­ón en la guerra civil ucraniana y las patrullas aeronavale­s en los mares Báltico, Mediterrán­eo y Negro. Actualment­e, el país que contribuye a esas misiones con tropas, aviones y navíos, asume la mayor parte de su coste. Stoltenber­g defendió que una financiaci­ón colectiva favorecerí­a la participac­ión de los aliados en esas operacione­s y reforzaría la cohesión de la Alianza.

La retirada de las fuerzas de la OTAN de Afganistán será el primer test sobre la anunciada voluntad de la Administra­ción Biden de actuar de común acuerdo con sus aliados europeos. El Consejo de Ministros de Defensa aplazó la decisión sobre la retirada, prevista para el 1 de mayo en el acuerdo promovido por Trump con los talibanes. Los ministros señalaron que no se cumplen las condicione­s del acuerdo de paz, ya que los talibanes continúan sus ataques y su cooperació­n con los grupos terrorista­s islamistas.

Actualment­e, los 2.500 soldados norteameri­canos son una minoría del contingent­e de 10.000 efectivos de la OTAN en Afganistán. Soltenberg insistió en que para la retirada debe existir un acuerdo de paz duradero que garantice que Afganistán no vuelva a convertirs­e en un refugio para los grupos terrorista­s, donde puedan organizar ataques contra los países de la OTAN. Stoltenber­g y Washington silencian que los talibanes son tan fuertes gracias a 15 años de apoyo militar de Pakistán, un país teóricamen­te aliado de EEUU y la OTAN, como recordaba esta semana ForeignPol­icy.

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REUTERS / JOHN THYS Jens Stoltenber­g, secretario general de la OTAN, el pasado miércoles.
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