El covid maniata a los vecinos
El virus mantiene cerrados todos los locales y corta de raíz las actividades formativas
La pandemia ha dejado tiritando las cuentas de buena parte de las asociaciones y oenegés de Castellón, pero también mantiene maniatado al tejido vecinal de Castellón. Sin actividades formativas y culturales, muchos socios han salido en estampida y, como no hay clases o estas se han reducido a la mínima expresión, también lo han hecho las subvenciones de la administración.
La situación por la que atraviesa el centenar de asociaciones de vecinos de la provincia es todo menos buena. Primero fue el confinamiento, después vino el verano y las restricciones, y casi sin tiempo para reiniciar el curso, la segunda ola del covid engulló buena parte de su programación formativa y cultural. «En la capital, por ejemplo, en estos momentos la actividad en los locales de las asociaciones es cero. La mayoría de las sedes son propiedad del Ayuntamiento y están cerradas a cal y canto», describe Francisco Cabañero, presidente de la asociación de vecinos de San Agustín y San Marcos de Castelló y, además presidente de la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Castellón (Coasveca), que engloba a una treintena de entidades. Unas sedes que eran, además, lugares de encuentro para muchos de los vecinos de los barrios y que ahora se han quedado sin ese lugar al que acudir todas las semanas.
Asociaciones que a lo largo del año ofrecían clases de flamenco, guitarra, baile moderno, dibujo o pintura han visto como de golpe y porrazo el covid cortaba de raíz toda su actividad. Y aunque tras el verano algunas retomaron parte de las clases (eso sí, con aforos muy limitados), desde el mes pasado han vuelto a suspender las pocas que tenían activas. «Muchos socios, al no poder asistir a ninguna de las clases, no han pagado las cuotas, aunque hay algunas asociaciones que han optado por condonarlas», dice Cabañero.
Con una actividad prácticamente nula, las subvenciones del ayuntamiento también se han reducido a la mínima expre
Muchas entidades han optado por condonar la cuota a sus socios ante la falta de actividades
sión. «Buena parte de las ayudas están condicionadas a las clases y, sin programación, no hay subvención», describe el presidente de Coasveca. Un problema, el de la falta de recursos económicos, que afecta no solo a las entidades de la ciudad, sino a la práctica totalidad del movimiento vecinal de la provincia.
La actividad de las asociaciones se ha frenado, pero el movimiento vecinal se ha reinventado. «Hacemos cursos on line y seguimos estando atentos a todo lo que necesita la ciudad para reivindicar mejoras», añade.