El azulejo lidera la petición para los fondos europeos
parte activa de proyectos dirigidos a reducir las emisiones de gases que son contaminantes
Son todavía pocos los proyectos sobre los que se han dado detalles, pero faltarían dedos de la mano --y calculadoras-- para enumerar las diferentes iniciativas relacionadas con los fondos europeos de recuperación en las que el sector cerámico de Castellón toma parte activa. No solo está en juego una importante inyección de dinero en un momento de incertidumbre, sino convertir al clúster provincial en la avanzadilla de la innovación a nivel global en uno de los sectores que mejor resiste los golpes de la pandemia.
El último ejemplo conocido lo constituye una alianza formada por más de 60 empresas, Newecocer, y que aspira a desarrollar una quincena de proyectos con más de 600 millones de inversión, de los que unos 250 podrían proceder directamente de fondos comunitarios. Como avanzó este periódico, uno de ellos tiene que ver con la creación de una planta de tratamiento de residuos cerámicos única en el mundo, y el otro cuenta con una inversión de 60 millones de euros para construir una planta de fabricación que promete ser 100% eléctrica. Todo con tecnología íntegramente nacional.
La propuesta resulta sorprendente, ya que en la actualidad la mayor parte de la energía empleada en el sector procede del gas natural. Y por el momento no hay alternativa posible con las actuales herramientas. Según explica uno de los responsables de la iniciativa, Raúl Natividad, «la planta eléctrica no emitiría CO2 y podría tener un consumo autónomo mediante placas fotovoltaicas».
De salir como está previsto, la maquinaria generada en Castellón daría un salto cualitativo, justo en un periodo en el que las normativas europeas y los pactos internacionales de reducción de emisiones obligan a reconvertir los procesos de producción.
OTROS CAMINOS No son las únicas instalaciones a ubicar en la provincia para testar este nuevo rumbo de la industria azulejera. Una de las más mencionadas es la planta piloto para generar hidrógeno verde, y que sería la parte central del consorcio Orange.Bat. Esta iniciativa cuenta con la adhesión de 40 empresas de España,
Alemania, Suiza, Italia y Grecia, pero la instalación que debe ser el modelo de un nuevo uso de la energía se ubicaría en el corazón del clúster castellonense.
Ante estos planteamientos, el director en funciones de la Representación de la Comisión Europea, Jochen Müller, mencionó recientemente que la cerámica será uno de los sectores que recibirá un mayor número de aportaciones económicas. «Será uno de los más beneficiados en una reconversión para utilizar una energía más limpia y barata, y les hará ser más competitivos», vaticinó.
DIGITALIZACIÓN Este futuro que se quiere empezar a trazar a rebufo de los fondos europeos no solo se basa en la disminución de emisiones contaminantes. La otra gran pata en la que se sustenta esta fiebre por el dinero de la UE tiene que ver con la modernización tecnológica de las fábricas. Una industria 4.0 por la que apuesta el colectivo de fabricantes de maquinaria y bienes de equipo Asebec. Se trata de una oportunidad para que las creaciones españolas ocupen la referencia internacional.