Un policía para evitar los botellones en la Vilavella
El Ayuntamiento apela a la pedagogía y la conciencia social
Los vecinos de la Vilavella denuncian que, en puntos apartados del casco urbano, se están realizando botellones de manera habitual. Los residentes no solo lamentan el incumplimiento de las normas sanitarias por la pandemia, sino que también se quejan por la basura que dejan tras de sí las personas que se reúnen. Poner freno al problema puede ser muy complicado, cuando el municipio solo cuenta con un agente en la Policía Local.
Las imágenes hablan por sí solas. En cunetas, casetas de campo o caminos se acumulan bolsas, botellas de alcohol vacías, latas de refrescos o restos de alimentos, evidenciando el origen de los vertidos: reuniones de ocio prohibidas por las restricciones por el virus.
La alcaldesa, Carmen Navarro, resalta el «sobreesfuerzo» que lleva a cabo el Ayuntamiento desde el inicio de la crisis sanitaria para no solo mantener limpio el municipio, sino también para realizar desinfecciones periódicas para evitar contagios en las zonas más frecuentadas por los vecinos.
En cuanto a la organización de botellones y sus consecuencias por lo que respecta a la suciedad, Navarro insiste en la falta de medios de un consistorio como el de la Vilavella, donde solo hay un agente policial. Esta es la razón por la que centran sus esfuerzos en «hacer pedagogía y concienciar sobre la responsabilidad» para hacer frente al coronavirus y frenar su expansión, cumpliendo con las limitaciones implantadas.
ACCIÓN RECIENTE En materia de seguridad ciudadana, el municipio se apoya en la Guardia Civil, que realiza operativos periódicos, como el que tuvo lugar el fin de semana pasado, cuando se dispersó un botellón en un polígono industrial. Esa apuesta por la pedagogía, de la que habla la primera edila, tuvo su aplicación ese día, cuando las autoridades obligaron a los jóvenes a limpiar la zona.