Europa respalda endurecer la exportación de las vacunas
La lentitud de las campañas de vacunación y el choque con AstraZeneca marcan la cumbre de la UE Ursula von der Leyen insiste en que esperan recibir 360 millones de dosis en el segundo trimestre
La falta de vacunas y los retrasos en la producción y distribución siguen siendo el gran quebradero de cabeza de los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE que ayer volvieron a constatar por videoconferencia la necesidad de «acelerar» la vacunación para superar el caos desatado por la pandemia. En una cumbre marcada por el choque con la farmacéutica AstraZeneca, los Veintisiete exigieron a los laboratorios «predictibilidad» y respeto de los plazos de entrega y, pese a las dudas de algunos Estados miembros, cerraron filas con el endurecimiento del mecanismo de control de la exportación de vacunas.
Según las cifras presentadas por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, desde el pasado 1 de diciembre hasta ahora la UE ha exportado 77 millones de vacunas, 21 millones al Reino Unido y 31 millones a 54 países de bajos ingresos que participan en el programa Covax. Una cifra muy superior a los 62 millones que los Veintisiete han administrado a sus ciudadanos de las 88 millones recibidas hasta esta semana. «Sabemos que podríamos haber ido más rápido si todas las farmacéuticas hubieran cumplido sus contratos», reprochó tras la reunión en alusión a AstraZeneca.
Un balance agridulce que Bruselas espera compensar en el segundo trimestre con la recepción 360 millones de dosis: 200 millones de BioNTech/Pfizer, 35 millones de Moderna, 70 millones de AstraZeneca (de los 180 millones prometidos inicialmente) y 55% de Johnson&Johnson. «La situación actual es insatisfactoria. La Unión Europea ha exportado más de 70 millones de dosis de vacunas en todo el mundo mientras en Europa estamos luchando contra la tercera ola. Tenemos que tomar contramedidas y evitar que Europa se quede atrás en lo que respecta a la vacunación», se ha quejado el canciller austríaco, Sebastian Kurz.
REVISIÓN DEL REPARTO INTERNO
Precisamente Austria lleva quince días enviando cartas y protestando por cómo se realiza el reparto interno de vacunas, junto a Letonia, Bulgaria, República checa o Eslovenia. Kurz volvió ayer a exigir una parte más grande del pastel de los 10 millones de dosis adicionales que BioNTech/Pfizer enviará durante el segundo trimestre. Una reclamación que encendió los ánimos, hasta de los de la templada cancillera Angela Merkel que recordó que los contratos con las farmacéuticas los firmaron los Estados miembros «y no estúpidos burócratas europeos».
Pese a esta llamada al orden, los líderes europeos encargaron a los embajadores permanentes de la UE que busquen una solución «en espíritu de solidaridad» para aumentar la velocidad de entrega a los países más retrasados. Las conclusiones de la cumbre también encargan a seguir trabajando con urgencia sobre la propuesta de certificado digital para impulsar la movilidad.