El regreso de Lula a la política debilita al capitán retirado
El expresidente se ve capacitado para sacar al país de la crisis
La creciente debilidad de Jair Bolsonaro tiene como contrapartida el fortalecimiento de Luiz Inácio Lula da Silva, el hombre que el capitán retirado convirtió en su bestia negra preferencial. Primero se anuló el juicio que llevó a la condena del expresidente. Luego, el Tribunal Supremo tachó de parcial al juez Sergio Moro. Ambas sentencias están estrechamente ligadas a la coyuntura.
El desastre sanitario y el retroceso del Gobierno de ultraderecha han creado las condiciones para revisar un caso que tenía aristas escandalosas. Aunque Lula se ha abstenido por el momento de hablar sobre una eventual candidatura en las elecciones del 2022, su popularidad crece día a día. Parte del empresariado ha empezado a reconocer a regañadientes que Lula quizá tiene la llave para que Brasil pueda salir de la situación calamitosa en que se encuentra. El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) les ha recordado que, mientras gobernaba, el país llegó a ser la sexta economía del mundo y que ahora se encuentra en el puesto 16. Lula ha expresado su voluntad de volver a conversar con ellos y, también con otros que le traicionaron los evangélicos. Otro expresidente, Fernando Henrique Cardoso, cree que Lula mirará al centro si eso ayuda a derrotar a Bolsonaro. Parte del empresariado podría aceptarlo. Las iglesias pentecostales, no. «Tú no escaparás de la justicia divina», le dijo Silas Malafaia.