El Periódico Mediterráneo

El curso ante la dificultad de encontrar empleados con capacitaci­ón

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Habilidade­s

Los candidatos, en su formación.

Holandés

primer contacto con este trabajo no tiene que ver con la expectativ­a que se había creado, porque «lo más complejo, sin duda, es el manejo de la propia barca».

De la misma opinión es Víctor Martínez, un joven también de la Vall, que recuerda cuando de niño visitó el río subterráne­o con el colegio. Esa imagen idílica del bar

Rik Roozenburg, primero de la derecha.

quero dirigiendo la navegación camufla una realidad que solo conoce el que se pone en su lugar. «Llevar la barca tiene su dificultad --asegura-- , pues solo tienes un palo para moverla, para frenar, ir hacia delante o hace atrás, pero poco a poco vamos aprendiend­o».

Un barquero experto, Paco Solaz, insiste en esa dificultad, la de

Entre todos los aspirantes, uno llama de forma irremediab­le la atención. Es Rik Roozenburg. Holandés residente en Castellón desde el año 2008, tuvo conocimien­to de que se abría el proceso selectivo y pensó que tenía ante sí una gran oportunida­d de poder prepararse y ser barquero.

Su balance, cuando solo falta un día para completar la formación, es que «la experienci­a es una maravilla, única, poder practicar y, ojalá, trabajar aquí». En este tiempo viviendo en la provincia había oído hablar de les Coves, pero nunca las había visitado. Hacerlo de esta manera está siendo «estupendo», insiste. Como sus compañeros, comenta que lo más complejo de este trabajo «es hacerlo todo a la vez, manejar la barca y explicar lo que hay en la cueva». Él parte con la ventaja de dominar varios idiomas, en un destino turístico internacio­nal, tiene su valor.

Desde les Coves aseguran que lo más importante de este proceso selectivo, a parte de contar con gente capacitada para desarrolla­r esta labor, es que quienes pretenden ocupar un lugar en la bolsa «conozcan bien en qué consiste el trabajo del barquero, porque verlo no es lo mismo que hacerlo». De hecho, de los 20 selecciona­dos entre los casi 60 inscritos, dos ya han renunciado a completar el proceso. «La de barquero no es una función sencilla, y es importante que quien quiera serlo sea consciente de lo que supone». Nunca se sabe, pero quizás, este podría ser su singular futuro laboral.

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