Almassora escenifica una singular cita de Tambors de Passió con 150 músicos
La particular Rompida de la Hora cumple con todas las medidas de seguridad La entidad nombra invitadas de honor a Lidón Valer y Mari Carmen Claramonte
Sin público, con una distancia adecuada entre los músicos, con mascarilla y en una hora atípica, las siete de la tarde, la plaza Mayor de la Vila de Almassora se convirtió el jueves, durante 15 intensos minutos, en la capital de toda la España tamborilera.
Ante las restricciones de casi todos los actos de la Semana Santa en el país, solo en Almassora se pudo celebrar en la calle una particular Rompida de la Hora, en la que tomaron parte 150 músicos perfectamente alineados y distribuidos a lo largo y ancho de la plaza de la Vila. Un colectivo que demostró que, con imaginación y saber estar, se puede dar un soplo de esperanza para futuras manifestaciones culturales en unas localidades atenazadas por el virus pero que quieren gritar y mostrar que la cultura segura es posible y necesaria y no está reñida con la salud, la responsabilidad y la cautela.
A las 19.00 horas, tras la ceremonia de la firma de las invitadas de honor de este 2021 --Lidón Valer, directora de la banda Unión Musical Alqueriense y primera mujer en dirigir como invitada la Banda Municipal de Castelló; y Mari Carmen Claramonte, presidenta de la Confraria de Penitents Sant Francesc de Almassora, en su 250º aniversario--, se rompió el silencio en cuanto las campanas de la iglesia de la Natividad comenzaron a sonar.
Al ritmo de la marcha Tambors de Passió, los miembros de la asociación elevaron su oración sonora al cielo en recuerdo de las víctimas y de los enfermos del covid-19 y en agradecimiento a todas aquellas personas que siguen luchando día a día para combatir de frente esta terrible pandemia. Fue un cuarto de hora con sabor a gloria tras más de un año sin poder realizar ningún tipo de acto público, desde aquel Tambors de Passió 2020 desde los balcones.
Gracias a la iniciativa de la entidad cultural que preside Damián Aguilella y bajo la supervisión de la concejalía de Cultura que dirige Javier Mollá y del Ayuntamiento de Almassora, liderado por la alcaldesa Merche Galí --que no faltó a la cita, en la que participó activamente y ataviada con la correspondiente vesta para hacer sonar el bombo que portaba--, se autorizó este espectacular acto que levantó una enorme expectación a nivel nacional, dada la especial repercusión que ha tenido el hecho de que solo en esta localidad se haya podido celebrar este acto en el exterior, con un número considerable de músicos y gracias a las particulares condiciones y dimensiones que ofrece el conocido centro neurálgico del casco histórico de la ciudad.
Todas las personas que rompieron la Hora en la tarde del Jueves Santo en Almassora guardarán en su memoria el hecho de haber participado de un acontecimiento histórico que será recordado por muchos años por la particularidad y excepcionalidad de esta fiesta declarada de Interés Turístico Provincial desde el pasado 2019.
Un evento que se desarrolló siguiendo estrictas medidas anticovid y con una impactante puesta en escena visual en una plaza repleta de tamborileros separados , dispuestos estratégicamente y ataviados con su túnica rojo granate y con la mascarilla personalizada de Tambors de Passió, a excepción de los tres representantes de la Confraria des Penitents de Sant Francesc que lucieron su túnica morada para la ocasión, para conmemorar los 250 años de presencia franciscana en el municipio de Almassora.
Se cierra así la página de la 13ª edición de esta sonora manifestación vinculada a la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, con la esperanza de que para el próximo año todo sea diferente y la vuelta a la normalidad permita poder celebrar, con el calor del público y con la nueva normalidad, un ilusionante Tambors de Passió en el que, desde ya mismo, se ha empezado a trabajar.