Rusia obliga a instalar solo ‘app’ nacionales
La ‘ley anti-Apple’ conllevará multas de hasta 2.600 dólares
Rusia obliga desde el jueves a las empresas tecnológicas a instalar en los móviles, tabletas, ordenadores y televisores inteligentes software y aplicaciones rusas para su venta, en lo que se conoce como ley anti-Apple y que se ha criticado como paso para limitar la libertad en Internet. La norma, adoptada en noviembre del 2019 por el Senado ruso y promulgada un mes después por el presidente, Vladímir Putin, se aplicará a todos los aparatos con un sistema operativo que se venden en Rusia a los consumidores.
La lista de programas que las tecnológicas deben preinstalar consta de 16 clases, incluidos buscadores, redes sociales como Odnoklassniki y VKontakte (el Facebook ruso), mensajerías instantáneas, servicios de mapas y antivirus, entre otros.
Entre otras aplicaciones se deben incluir productos del Google ruso, Yandex, y el grupo de internet Mail.ru, que opera varios servicios en línea, entre ellos un buscador, un correo y una red social, así como de Kapersky Lab, de ciberseguridad, el sistema de pago Mir, el servicio público digital Gosuslugi o Nuevas tecnologías de nubes, desarrollador de software de oficina.
La ley iba a entrar en vigor el 1 de julio del 2020, pero debido a la pandemia del coronavirus se retrasó. Según dijo durante la tramitación parlamentaria de la ley Anatoli Golomolzin, del Servicio Antimonopolio, la normativa amplía las posibilidades de elección para el usuario y respalda a las compañías nacionales.
No obstante, varias empresas distribuidoras se mostraron preocupadas al considerar que la preinstalación obligatoria de las aplicaciones rusas puede limitar la variedad de productos y tecnologías modernas, provocando el descontento de los consumidores.
El apelativo de ley anti-Apple, deriva de que el gigante tecnológico estadounidense no preinstala aplicaciones en los aparatos que no sean suyas. Sin embargo, de acuerdo con el medio económico Vedomosti, por parte de la empresa se ha accedido a ofrecer programas rusos a los consumidores durante la primera configuración de sus aparatos, si bien estos podrán rechazar cierto software.
El incumplimiento de la norma conllevará, desde julio, multas de 30.000 a 50.000 rublos (396 dólares y 660 dólares) para tiendas y de 50.000 y 200.000 rublos (2.643 dólares) para compañías.