Des-pa-ci-to
Como en el verano que tatareábamos la canción Despacito, ahora, sin duda, hay que aplicarla a la hora de confirmar nuestra declaración de la renta 2020 a través de las distintas plataformas habilitadas por la Agencia Tributaria. Si el resultado es a devolver, presentar la declaración el 7 de abril u 8 o 9 de abril, nada variará sobre el día en recibir esa devolución. Por esto, en vez de hacer de la declaración un acto impulsivo, contemos hasta 10 y tomémonos tiempo para verificar los datos. No cuesta nada y, ante la duda, mejor preguntar.
Despacito, sí, porque todo lo que se hace deprisa, sin verificar, difícilmente puede salir bien, y menos aún cuando se trata de validar datos tan importantes como los familiares: mi cónyuge, ¿me he casado?, ¿me he divorciado?; mi hijo, ¿ha nacido?; mi abuela ¿está o no con nosotros?; ¿fallecimientos?; ¿cuántos somos?; ¿estudia el hijo?, ¿hay becas?, ¿trabajos de verano?, ¿juegos on-line?
O los personales: ¿mi domicilio?, ¿mi edad?, ¿mi discapacidad?, ¿mi trabajo?, ¿mi jubilación?, ¿mi dependencia?, ¿mi unidad familiar?, …. Los culturales: ¿mi religión?, ¿asignación tributaria?, …. Los sociales: ¿colaboro con organizaciones no gubernamentales?, …. Los patrimoniales: ¿mis inmuebles?, ¿he comprado?, ¿he vendido?, ¿mi vivienda habitual?, ¿he cambiado de domicilio?, ¿reinversión?, …. O los económicos, porque los datos que constan ya en el borrador de la renta no son todos los que pueden ser. Por ejemplo, no suele constar en ese momento la información de las pensiones procedentes del extranjero o las operaciones bit.