La rotonda del toro de la Vall se queda vacía
Sus impulsores acordaron garantizar la conservación de la obra
La controvertida rotonda del toro de la Vall d’Uixó está vacía. La imagen de la retirada del monumento que la presidía, lejos de ser el resultado de una polémica más relacionada con su instalación y cómo llegó hasta allí, es la consecuencia de la fase final del procedimiento de restauración anunciado en su día por el Ayuntamiento, la comisión de fiestas de San Antonio y la Fundación Satine.
Como avanzó Mediterráneo en enero, no eran pocos los que habían detectado que el monumento presentaba un estado de deterioro preocupante. Se hacía necesaria una intervención para garantizar su conservación, pero en plena crisis por el covid-19, el consistorio tenía claro que no podía priorizar ese gasto. Fue la comisión de fiestas de San Antonio quien propuso hacerse cargo del coste, para lo que firmó un convenio con el Ayuntamiento, gracias a la relación que mantiene desde hace tiempo con la Fundación Satine, desde donde habrían patrocinado un toro en su programa de no ser por la suspensión de todo actividad multitudinaria como consecuencia de la pandemia.
En principio, no estaba previsto mover la escultura sino realizar los trabajos in situ, pero finalmente optaron por completar la tarea en un espacio más adecuado. Así, el traslado es provisional. Como era previsible, a pesar de que se había informado de la actuación, la polémica no se ha hecho esperar, y no han faltado ni las voces que aseguraban que la retirada era intencionada para no volver a reponerla ni los memes humorísticos. Desde la comisión de San Antonio remarcan que la participación de la firma es «totalmente altruista» por lo que no supondrá ningún coste ni a la fiesta ni para las arcas municipales.
La mejora incluye, entre otros, el pulido y retirada de los desconchados o la aplicación de pasta metálica de polvo de bronce puro.