La crisis y el covid impulsan a Le Pen entre los jóvenes franceses
La líder ultra gana adeptos entre los electores de 25 a 34 años y logra un 29% de intención de voto Los sondeos vaticinan otro duelo entre Emmanuel Macron y la dirigente, cada vez más disputado
En 12 meses los franceses se darán cita en las urnas para elegir a su próximo presidente. Los sondeos vaticinan un nuevo duelo entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen. La ventaja del actual mandatario frente a líder de la extrema derecha es cada vez más reducida, también entre los jóvenes. «Marine Le Pen progresa y lo hace entre categorías de la población que tradicionalmente se oponían a ella, entre los jóvenes y los mayores de 65 años», constata Jean-Yves Camus, politólogo experto en extrema derecha y autor del ensayo Las
extremas derechas en Europa. Nacionalismo, populismo y xenofobia.
La abstención es la tendencia dominante entre los franceses de 18 a 24 años, según los datos del instituto de sondeos Ipsos, solo el 58% tiene intención de votar en el 2022, frente al 80% de la población general. El 21% de aquellos que sí acudirán a las urnas votará por el Reagrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen. Entre los electores de 25 a 34 años, la líder ultra ganaría adeptos pasando de una intención de voto del 23% en el 2017 a un 29% en las próximas elecciones presidenciales. En el conjunto de los votantes, obtendría el apoyo del 27%, frente al 24% que cosecharía Macron.
DESDEMONIZACIÓN ¿Se debe su éxito a la evolución de su discurso o a un cambio en la sociedad? «La política de desdemonización de Marine Le Pen, que comenzó cuando se convirtió en la presidenta del Frente Nacional en el 2011, experimenta un incontestable progreso», afirma el politólogo a este diario. Al lavado de cara del partido ultraderechista se sumaría la llegada de nuevas generaciones de electores. «Los jóvenes que votan por la formación no han conocido el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen, no tienen ningún recuerdo de este partido extremista, no se manifestaron en el 2002 entre las dos vueltas de [Jacques] Chirac y Le Pen en las presidenciales, algunos eran muy jóvenes y otros ni habían nacido. Para ellos, el Frente Nacional es el partido de Marine Le Pen y en algunos temas como el antisemitismo o la Segunda Guerra Mundial, no comete los errores de su padre», concede el experto.
La estrategia de modernización destinada a eliminar las connotaciones negativas funciona. «El 46% de los jóvenes cree que el RN es un partido honesto capaz de tener una visión del futuro de Francia», confirma Frédéric Dabi, director del instituto de encuestas IFOP a Le Monde.
La situación económica y la crisis sanitaria son los principales elementos canalizadores en el ascenso y aceptación del discurso ultraconservador.
«La situación del empleo juvenil, incluso antes de la pandemia, es muy difícil en Francia. La crisis sanitaria no ha hecho más que empeorar la precariedad», analiza Camus. Para los jóvenes trabajadores, continúa, «la escasa formación desemboca a menudo en empleos precarios [...] muchos viven en la provincia, en regiones periféricas y tienen el sentimiento de ser los abandonados. Se trata de una verdadera fractura social. Estos jóvenes son muy receptivos a los alegatos proteccionistas y contra la inmigración; para ellos la inmigración es sinónimo de amenaza y competencia».
Además, «los jóvenes serán los últimos en recibir la vacuna y teniendo en cuenta que la campaña de inmunización no va muy rápido, el descontento va en aumento». La pérdida de credibilidad de Macron favorece a su rival, que señala sus errores en la pandemia.
De reproducirse el duelo entre Macron y Le Pen, una parte del electorado repetiría la tesitura de acudir a las urnas solo para frenar a la extrema derecha, como en el 2002 con Chirac frente a Le Pen (padre), y en el 2017 con Macron. No quieren volver a votar a votar solo contra sino por, lo que explicaría la preponderancia de la abstención entre los jóvenes que no suscriben la agenda política de ninguno de los candidatos y para quienes Marine Le Pen ya no es una amenaza.
Ante la tesitura de votar solo ‘contra’ un candidato, crece la abstención