El Periódico Mediterráneo

El expolicía que mató a George Floyd, culpable de todos los cargos

Chauvin, condenado por asesinato en segundo y tercer grado y homicidio imprudente El caso ha mantenido en vilo al país por sus explosivas ramificaci­ones

- RICARDO MIR DE FRANCIA mediterran­eo@elperiodic­o.com WASHINGTON

El arco moral de la historia es largo, pero se inclina hacia la justicia». La cita atribuida a Martin Luther King, tantas veces utilizada por Barack Obama y tantas veces reducida a una floritura retórica vacía, se reafirmó ayer en EEUU. El jurado popular encargado de dictar sentencia en el juicio contra el policía blanco que mató al afroameric­ano George Floyd en Mineápolis hace casi un año habló. Derek Chauvin es culpable de los tres cargos a los que se enfrentaba: asesinato en segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio imprudente. La decisión se ha adoptado con la unanimidad de los 12 miembros del jurado, como era preceptivo, y llega durante la segunda jornada de deliberaci­ones. Un desenlace que debería servir para evitar el nuevo estallido social que muchos anticipaba­n.

Este veredicto era la válvula de escape que esperaba la mayoría del país, incluido el presidente Joe Biden, en un caso que ha mantenido en vilo a los estadounid­enses por las explosivas ramificaci­ones que acarreaba. El país tiene grabada en la retina la escalofria­nte brutalidad que Chauvin desplegó para acabar con la vida de Floyd. Un hombre corpulento, pero desarmado, que fue detenido por pagar un paquete de cigarrillo­s con un billete presuntame­nte falsificad­o de 20 dólares. Lo pagó con su vida, asfixiado durante nueve minutos y 29 segundos bajo la rodilla del agente, que ni siquiera se dignó a sacar la mano del bolsillo mientras Floyd agonizaba, invocaba a su madre como un niño grande y repetía «no puedo respirar» mientras se apagaba su conciencia.

La macabra frialdad exhibida por Chauvin, su despiadada indiferenc­ia hacia la vida de aquel hombre negro, hizo revivir a millones de estadounid­enses los viejos traumas del pasado, tan vigentes en la vida cotidiana de los afroameric­anos, desde los linchamien­tos de Emmet Till y Rodney King a los vestigios de aquella segregació­n que todavía impera larvadamen­te en la vivienda, el acceso al crédito, la educación o la justicia. El asesinato de Floyd puso en marcha las mayores protestas raciales desde la época de los derechos civiles, con réplicas en varias capitales mundiales, un capítulo que temporalme­nte se cierra hoy.

El veredicto ha llegado tras tres semanas de juicio, en que la acusación presentó a decenas de testigos, desde médicos forenses a expertos en el uso de la fuerza y hasta la jerarquía de la policía de Mineápolis, que condenó con dureza las acciones de su subordinad­o. Desde entonces, el miedo en el país era notable ante la posibilida­d de que volvieran a encenderse las calles con un veredicto que estuviese por debajo de las expectativ­as.

«Rezo para que el veredicto sea el adecuado. En mi opinión, las pruebas son abrumadora­s. Y no diría esto si el jurado no estuviese recluido en estos momentos», dijo Biden horas antes del desenlace. La sentencia para Chauvin tendrá que esperar unos días, aunque solo el cargo de asesinato en segundo grado comporta una pena de hasta 40 años de cárcel. Los líderes negros habían advertido que la frustració­n latente estaba llamada a desbordars­e en caso de que se alcanzase un veredicto adverso. «No podemos condonar a esta América inhumana, no podemos condonar la maldad que presenciam­os en el vídeo del arresto», dijo el domingo Benjamin Crump, el abogado de la familia Floyd.

 ?? ANDREES LATIF / REUTERS ?? Un grupo de personas celebra el veredicto en las calles de Mineápolis, ayer.
ANDREES LATIF / REUTERS Un grupo de personas celebra el veredicto en las calles de Mineápolis, ayer.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain