El Periódico Mediterráneo

El Gobierno se lanza contra Vox por su cartel «racista» del 4-M

PSOE y Podemos llevan la campaña a la Fiscalía, que investiga delito de odio, y a la Junta Electoral Pablo Casado tacha la publicidad de «engañosa» y lamenta que se quiera enfrentar a la gente

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Hay provocacio­nes a las que hay que entrar», defiende una fuente de la Moncloa ante el despliegue de ministros que lanzó ayer el Gobierno contra Vox por los carteles racistas que colgó en la parada de metro de Sol, en el kilómetro cero de Madrid, criminaliz­ando a los menores extranjero­s no acompañado­s. El mensaje: «Un mena, 4.700 euros al mes. Tu abuela, 426 euros de pensión/mes». Una decena de miembros del Ejecutivo de coalición denunciaro­n la propaganda de la formación de Abascal que está siendo investigad­a por la Fiscalía de Madrid por presunto delito de odio. El PSOE, además, presentó una denuncia en los tribunales y junto a Unidas Podemos llevó la cuestión ante la Junta Electoral.

A primera hora de ayer, la vicepresid­enta primera del Gobierno,

Carmen Calvo, abrió la jornada reprendien­do a Vox. «Lo suyo es el odio, literalmen­te. El odio», le espetó a la bancada ultra en el Congreso después de que su portavoz parlamenta­rio, Iván Espinosa de los Monteros, insistiera en atacar desde la Cámara baja a los menores extranjero­s no acompañado­s (menas). Y ese choque solo era el arranque de una cascada de reproches del Ejecutivo hacia la campaña de la extrema derecha. Varios ministros salieron en tromba contra ella y un hilo unía todas las declaracio­nes: es «repugnante».

La discusión aún continuó en el pleno con la siguiente pregunta, también formulada por Espinosa de los Monteros, en este caso a la vicepresid­enta segunda, Nadia Calviño. España es una sociedad «progresist­a, feminista, abierta, acogedora y solidaria», y si algo la «caracteriz­a» es «el amor por los niños», le respondió la socialista antes de rematar denunciand­o que Vox mantenga un «discurso repugnante» y «racista».

En el pleno, también continuaro­n la línea discursiva de Calvo y Calviño la vicepresid­enta tercera, Yolanda Díaz, y el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Y fuera del hemiciclo, la titular de Educación, Isabel Celaá, dijo sentir «repugnanci­a y vergüenza» ante la campaña de Vox y la ministra de Defensa, Margarita Robles, situó la propaganda «fuera de los estándares mínimos de cualquier democracia». Tampoco faltaron las críticas de Campo (Justicia) o Escrivá (Seguridad Social).

«Es un ataque que no solo es racista, sino hacia los niños y las niñas más vulnerable­s de nuestro país, que son aquellos que migran solos», señaló la titular de Derechos Sociales, Ione Belarra, tras anunciar junto a la responsabl­e mos, Pablo Iglesias; Vox, Rocío Monasterio; de Más Madrid, Mónica García; la presidenta y candidata del PP, Díaz Ayuso; del PSOE, Ángel Gabilondo, y de Ciudadanos, Edmundo Bal. Un de Igualdad, Irene Montero, que el Gobierno ha puesto en conocimien­to de la justicia la propaganda ultra.

Ya a última hora del pasado martes, la Fiscalía de Madrid abrió diligencia de oficio para investigar si el cartel podría suponer un presunto delito de odio contra los menores extranjero­s no acompañado­s. Además, el PSOE presentó ayer una denuncia en los juzgados y tanto los socialista­s como los morados también acudieron a la Junta Electoral de Madrid.

Por lo pronto, Renfe anunció que solicitará la retirada inmediata de los carteles –tachados con espray por varios colectivos– si algún organismo competente considera que la campaña publicitar­ia es contraria a derecho o incurre en delito. Twitter borró un mensadebat­e centrado en el covid y sus fallecidos, así como en las consecuenc­ias de la pandemia, el reto sanitario y la reactivaci­ón económica, sin descartar otros temas como los pactos poselector­ales.

«Un mena, 4.700 euros al mes. Tu abuela, 426 euros de pensión», dice el cartel

je de la cuenta de Vox por incitar al odio contra los menores.

El PP descalific­ó la propaganda de Vox, pero con términos menos duros. Pablo Casado lo llamó «publicidad engañosa», y tachó de «irresponsa­ble» enfrentar «a los ciudadanos, sobre todo por un tema que en Madrid representa a 260 personas». El jefe de los populares no se privó, no obstante, de cargar contra el Gobierno por provocar «efecto llamada» con su política migratoria.

La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, aseguró en la SER que está «en contra» del cartel. Claro que para Ayuso, Vox no es de ultraderec­ha «en algunas cuestiones». Inés Arrimadas, presidenta de Cs, definió el cartel como «populismo puro». El ministro de Transporte­s, José Luis Ábalos, anunció que intentaría retirar la cartelería. «Que vaya y que los quite, que le hace falta un poco de ejercicio», le respondió Abascal.

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