El PSOE lleva el Dos de Mayo de Ayuso a la junta electoral
Los socialistas llevaron ayer a Isabel Díaz Ayuso a la Junta Electoral Provincial de Madrid por el uso «partidista» del Dos de Mayo. Reclaman un expediente sancionador para la presidenta por «infracción reiterada y grave» del artículo 50.2 de la ley electoral, que exige neutralidad a los poderes públicos en el proceso electoral. El PSOE argumenta que la candidata del PP usó la palabra «libertad», lema de su campaña, en su discurso institucional. Y subraya que la libertad debe ser «la libertad de todos».
Gobierno alternativo, será una victoria histórica para la izquierda. Pero lo cierto es que podría fracasar en su tercer intento y, los socialistas, firmar su peor resultado en unas autonómicas. Todavía hay un pronóstico peor: verse superados por la pujanza de Mónica García (Más Madrid), en tendencia ascendente en toda la campaña. En la Moncloa aseguran que el Gobierno está blindado y la coalición continuará su camino hasta el 2023. Pero el clima que se instale tras el 4-M puede afectar a la dinámica de la legislatura. Además, pasadas las elecciones, el Ejecutivo, ya sí, tendrá que desvelar los planes de reforma laboral, fiscal y de pensiones que sí ha avanzado a Bruselas pero que no ha detallado en España.
Las exigencias de la UE podrían tensionar aún más la coalición gubernamental. La convivencia con Unidas Podemos, que para la Moncloa se presumía más llevadera tras la salida de Pablo Iglesias y el encumbramiento de Yolanda Díaz, está también sujeta al 4-M. Porque las urnas probarán si el desembarco del exvicepresidente segundo y líder morado permite a la formación aguantar en pie y con fuerza para seguir presionando desde dentro del Ejecutivo. Y también ayudarán a ordenar la sucesión de Iglesias y su propio futuro personal.
Para quien estas elecciones son a cara o cruz es Cs. Vivir o morir. Vivir entrando en la Asamblea, dato que no pronostica ya ninguna encuesta, o agonizar tras perder los 26 escaños conseguidos en 2019. Quedar fuera de la Cámara no solo comprometería al candidato naranja, Edmundo Bal, sino a su líder, Inés Arrimadas, muy cuestionada tras las catalanas. Vox, mientras, salvaría los muebles igualando su resultado de hace dos años.