Cúmulo de despropósitos
Un año fumigando instalaciones, lavando la ropa o las cosas de la compra cuando se ha sabido (ya hace tiempo, después de que se hubieran producido 100 millones de contagios) que no había evidencia de un solo caso de contagio por superficies. Por lo tanto, los geles desinfectantes ya hace tiempo que sabemos que son innecesarios. Que el ozono en altas dosis es tóxico y en bajas no sirve de nada. Que tomar la temperatura no detecta a los asintomáticos, que transmiten igualmente la infección, por lo tanto tampoco sirve de nada. La luz ultravioleta tampoco es efectiva, y la OMS se opone a los arcos que nebulizan diferentes productos, por ser inútiles y peligrosos para las personas.
Llevamos ya más de cuatro meses con la vacunación masiva y todavía no están todos las personas mayores de 80 años vacunados con las dos dosis. Malgastamos vacunas, no se ha obligado a mantener una ventilación adecuada en espacios interiores, no se han facilitado los tests de antígenos para que pueda reunirse más gente, no se han controlado a tiempo las fiestas privadas o las aglomeraciones en playas, transporte público o parques; eso sí, obligación de mascarillas en la playa o multas a la gente en grupo cuando ya se ha podido producir el contagio, en lugar de actuar antes de la concentración o de proceder a la dispersión. En fin, a mi modo de ver, todo un despropósito.
Manuel Suárez