El turismo de segunda residencia copará las visitas este fin de semana
Los municipios de la costa prevén un aluvión de viajes tras 8 meses de cierre perimetral La presencia de visitantes devuelve el optimismo a comercios, restaurantes y hoteles
El ruido de las maletas volverá a escucharse con fuerza este fin de semana en localidades como Peñíscola, Orpesa o Benicàssim. Lo hará porque por primera vez en meses se dan todos los ingredientes. Es el primero completo desde que se levantó el estado de alarma, no hay perimetraje autonómico y las previsiones meteorológicas apuntan a que hará buen tiempo. Y encima hay muchas ganas de viajar y de salir de casa.
Aunque se espera movimiento por toda la provincia, las zonas calientes van a ser los municipios de la costa. «Este fin de semana esperamos bastante afluencia de gente. Durante mucho tiempo hemos tenido un cierre perimetral y es normal que cuando la gente pueda salir, lo haga», apuntó ayer la subdelegada del Gobierno en Castellón, Soledad Ten, quien aseguró que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado estarán vigilantes para que no se produzcan aglomeraciones o botellones.
En Peñíscola a partir del viernes prevén una gran afluencia de visitantes, sobre todo, propietarios de segundas residencias que llegarán de Madrid (en esta comunidad este sábado se celebra el día de San Isidro y es festivo), Aragón, Cataluña, Navarra o País Vasco. «Hay muchísimas familias que tienen un apartamento o un chalet en nuestra localidad y que llevan desde octubre sin venir. Y este fin de semana van a aprovechar para visitar su vivienda vacacional, comprobar el estado de la piscina, la caldera, arreglar el jardín... y empezar la puesta a punto de cara a las vacaciones de verano», apuntan desde el Ayuntamiento de la ciudad del Papa Luna, desde donde explican también que ese movimiento de propietarios también se repetirá, de forma escalonada, durante los próximos fines de semana.
Donde también se notará, y mucho, el fin del estado de alarma y el cierre perimetral es en las calles más comerciales de Vinaròs, un municipio al que tradicionalmente acuden a comprar clientes de
Alcanar, Ulldecona, la Sénia o Amposta, ya en la provincia de Tarragona. «Lo hemos pasado muy mal. Parte de nuestros clientes son del sur de Cataluña y tras el cierre perimetral nuestro negocio cayó en picado. Esperamos que desde este sábado las cosas empiecen a cambiar», explica la dependienta de una tienda de moda de Vinaròs.
«El próximo sábado será el primero en el que podrán acudir a Vinaròs clientes de poblaciones catalanas, así que desde el Ayuntamiento incrementaremos la vigilancia para asegurar el adecuado cumplimiento de las medidas sanitarias tanto en los interiores de establecimientos comerciales como en las terrazas de las cafeterías», describen desde el consistorio de la capital del Baix Maestrat.
El comercio de Vinaròs empieza a ver la luz al final del túnel, como también lo hace la práctica totalidad de la hostelería provincial. «El pasado fin de semana ya tuvimos muchas reservas de visitantes de fuera de la Comunitat, aunque la mayor parte de peticiones son para este sábado y domingo», reconoce Carlos Gutiérrez, del restaurante Casa Roque de Morella.
En Orpesa también son optimistas. «Este fin de semana va a haber movimiento de propietarios de segundas residencias. Y les esperamos a todos», dicen en dos restaurantes a pie de playa.