Los Reyes entregan a Francisco Brines en su casa el Premio Cervantes
El poeta valenciano recibe el prestigioso galardón durante una ceremonia privada El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el ministro de Cultura, presentes
Los Reyes entregaron ayer el Premio Cervantes 2020 al poeta y académico Francisco Brines, de 89 años, en su casa de Oliva después de que el delicado estado de salud del autor y la pandemia impidieran que recibiera el galardón el pasado 23 de abril en Alcalá de Henares.
Felipe y Letizia llegaron a la finca de Brines, l’Elca, en compañía del presidente Ximo Puig, el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, y representantes del Ayuntamiento de Oliva. Después de detenerse unos instantes en el jardín de la finca, los Reyes entraron en la casa para dar inicio a la ceremonia de entrega. En el acto, de carácter íntimo, estuvieron presentes la sobrina del poeta, Mariona Ribes; el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado; la directora general del libro, María José Gálvez, el alcalde de Oliva, David González, la directora de la Fundación Francisco Brines, Àngels Gregori; o el escritor Fernando Delgado.
Ha sido el segundo año consecutivo en el que no ha podido celebrarse la ceremonia de entrega del Premio Cervantes, después de que en el 2020 fuera suspendida por la pandemia del coronavirus. En esa ocasión, los monarcas se trasladaron a Barcelona en diciembre para entregárselo a Joan Margarit, que falleció el pasado febrero.
Brines, uno de los últimos representantes vivos de la generación del 50 y defensor de la poesía como ejercicio de tolerancia, respondió el pasado 23 de abril al gran número de felicitaciones que recibió por el Cervantes con unas palabras de agradecimiento desde su casa. «La vida a veces tiene la delicadeza de las flores: su carne son los pétalos con su obligado color y se hace el milagro; te acercas y cómo huelen. Color, aroma y forma, un ser vivo. Y eso es lo que el hombre recibe en la tierra de la mano de Dios. Desde Elca, feliz día del buen libro», escribió el poeta valenciano.
El texto estaba acompañado de una fotografía en la que aparecía una imagen del manuscrito de su poema El último viaje, sobre el que había depositada una rosa roja con la que el escritor quiso sumarse también a la celebración del Día Internacional del Libro.
Unos días antes, en un homenaje organizado en el Jardí Botànic de València por la Generalitat y la fundación que lleva su nombre, Francisco Brines, en un mensaje grabado, glosó lo que somos: «El misterio que existe entre dos nadas».