El chivo expiatorio
Parece la tormenta perfecta. Y es que sorprende que, en un momento tan delicado como el que vive el sector del automóvil en España, con una caída de las ventas acumulada en el primer cuatrimestre del año de casi un 40%, el Gobierno anuncie, justo ahora, su intención de cobrar un peaje en todas las autovías del país a partir del 2024.
De momento, parece más un sondeo de opinión que algo realmente decidido, pero no por ello deja de ser preocupante. No en vano, se trata de una decisión que, de confirmarse, afectaría de forma directa a los conductores de este país y supondría otro coste adicional sobre el uso del automóvil.
No voy a entrar a valorar algunas de las declaraciones que algunos destacados políticos como el director general de Tráfico han realizado a este respecto. Me quedo de momento, que ya es bastante, con esa desagradable sensación de que el automóvil continúa siendo el chivo expiatorio de todos los ajustes presupuestarios, sin que alguien se plantee que todo tiene un límite razonable.
Hasta ahora, uno asumía el pago de un peaje a cambio de utilizar una vía más rápida y segura. Puede ser un criterio discutible, pero se trata, al final, de un intercambio de servicios. Esta nueva medida, sin embargo, se convertiría en un impuesto más que sumar a los ya existentes.
Que el mantenimiento de las carreteras españolas es claramente mejorable en muchos casos resulta evidente y lo de que las vías rápidas sean de todo menos rápidas merece un debate aparte. A ver ahora cómo termina esta historia de los peajes...