Presidente de Ascer
El presidente de la patronal cerámica detalla los temas que más preocupan en la industria de Castellón.
Lidera la patronal que representa a los fabricantes de cerámica. Un sector que ha mantenido el tipo durante esta crisis, pero que teme por los costes medioambientales y la falta de entendimiento de una parte de la Administración.
--Más de 15.000 empleados del sector están pendientes del convenio colectivo. Las negociaciones parece que no avanzan. ¿Tan insalvables son las posiciones entre patronal y sindicatos?
--No lo son. Como siempre, llegaremos a un entendimiento positivo para ambas partes, pero los ritmos son los que son. Hemos empezado realmente en el mes de marzo. Sería un éxito cerrar todo en menos de tres meses. Hay cosas que queremos conseguir, y queremos que la gente entienda que ante la situación de incertidumbre, la moderación salarial es importante y estamos dispuestos a que haya esos incrementos moderados a cambio de que los plazos sean largos, de 3-4 años, y que de alguna forma haya por su parte una forma de conseguir flexibilidad en los horarios, la organización, no reducir más las horas de trabajo. Hay algunos flecos más que seguramente aparecerán, pero al final el núcleo fundamental es este. --¿Cómo influye el panorama económico en esta negociación?
--La situación actual es más dispar que nunca. En la última crisis una herramienta para combatirla fue que el convenio era un marco, pero las negociaciones empresariales eran muy importantes. En cada empresa las cosas funcionan de forma distinta. Pero creo que no sea complicado tener un acuerdo.
--Los datos de producción y exportación son favorables, pero usted siempre se posiciona con mucha cautela. ¿Qué problemas tienen las empresas que las grandes cifras no muestran?
--Desde hace cinco años detectamos que los datos de crecimiento son desiguales. Cuando decimos que el sector crece, significa que unos crecen mucho y otros bajan mucho. Igual que decimos que el año pasado se subió en un 2,3% también hay que decir que la previsión de crecimiento era del 7%. También está en nuestros informes que la rentabilidad de las empresas, el Ebitda, cae o no crece al ritmo que había en tiempos de boom. El 38% de las empresas ha reducido su Ebitda a nivel monetario en el 2020, y el 19% ha tenido una caída mayor al 20% respecto al 2019. También hay empresas con un alto endeudamiento. Los créditos ICO han aliviado la situación, pero ese dinero hay que de
«Los precios por las emisiones de CO2 son un ‘impuesto revolucionario’ y un castigo brutal»
«Habrá una mesa de negociación con Transición Ecológica para que escuchen nuestras peticiones»
volverlo. Si la rentabilidad es baja la devolución de los préstamos no está asegurada, con el consiguiente riesgo de insolvencia.
--¿Cómo les afecta el incremento de costes de producción?
--El mayor caballo de batalla que tenemos es el impuesto revolucionario de los pagos por emisiones de CO2. Ya estamos en 52 euros por tonelada emitida. La semana pasada en 50, cuando el pasado año por estas fechas estuvo en 25 euros. Si no baja entraremos en barrena, con el peligro de que lleguemos a final de año a los 60 euros. Un incremento que supera el 50% sobre el 2020. Eso es un castigo brutal para las cuentas de explotación. En el 2019 equivalía al 9% de nuestros impuestos, pero puede que este año paguemos con el 27% del beneficio neto. Luego está es la cogeneración. Transición Ecológica nos sigue poniendo en la bolsa de cogeneraciones normales, una cuestión que ya comprenden en el Ministerio de Industria, pero no en el área de medio ambiente, que es la que lleva la batuta. Nos ponen que nuestra cogeneración es como la de las empresas eléctricas, por lo que se van a cerrar. Una ventaja que teníamos para competir, no la podemos tener.
--¿Proponen un cambio en la manera de gestionar los derechos de emisión de CO2?
--El CO2 es objeto de un brutal movimiento especulativo, porque no solo compran los productores y los que necesitan adquirir derechos de emisión. Entran fondos, los especuladores y actúan a medida que hay movimientos. Cada vez es más problema porque hay menos asignaciones gratuitas. Hay que salir a comprar y a medida que creces en producción se necesitan más derechos, por lo que hay que pagar mucho más. De la mano de los fabricantes italianos y españoles tenemos una mesa de trabajo común y queremos acudir a Bruselas. Además, proponemos que el dinero por emisiones lo invirtamos nosotros. Si en vez de desembolsar esas cantidades cuyo destino no conocemos lo destinamos para mejora del medio ambiente, es fácil demostrar que las inversiones se han hecho.
--¿Han conseguido que Transición Ecológica sea consciente de las reivindicaciones de la cerámica? Hay receptividad por parte de Industria pero no tanto por el ministerio de Teresa Ribera.
--Hemos encontrado por fin una vía para establecer una mesa de trabajo. En la última visita de la ministra de Industria a Castellón estuvimos hablando del tema. Ella es consciente de que esa mesa se tiene que hacer, y está más cer