La planificación deportiva está paralizada por la situación del club
La incertidumbre en torno a la posible venta de la entidad impide movimientos de calado
JUANFRAN DE LA OSSA
Hasta de las situaciones más adversas se tienen que extraer lecturas positivas. Que el Castellón, muy posiblemente esta semana, ya sepa que el siguiente ejercicio, sí o sí, va a seguir en Primera RFEF, con la incertidumbre respecto a muchos clubs aún peleando por subir o mantenerse, debería servir para poder avanzar en la planificación deportiva de la próxima temporada. Sin embargo, no es lo que sucede de puertas para dentro en el Estadio Castalia. La incógnita sobre lo que puede suceder este verano, con posible cambio o modificación en el peso accionarial de la SAD, así como variaciones en el reparto de roles dentro de la entidad, mantiene la indefinición.
Está claro que no se aventura una revolución, ni la necesidad de fichar a media plantilla. Continuidad en el banquillo, con Sergi Escobar renovado en pleno desplome del equipo; y también en el vestuario, con una docena de futbolistas con contrato en vigor, a los que hay que añadir los canteranos que se asentarán definitivamente en el primer equipo o alternarán éste con el Amateur. No obstante, hay casos especiales a estudiar, tanto entre los que tienen firmado más allá del 30 de junio (pueden irse) como entre la media docena de futbolistas que terminan y que podrían negociar seguir vestidos de albinegro otro curso.
Toca apretarse el cinturón. De los que acaban ahora, el Castellón se ahorrará algunas de las fichas más importantes. Y del resto, en el caso de poder continuar, serán siempre con ofertas a la baja.
El Castellón tendrá bien delineadas todas las líneas del equipo... a excepción de la más importante, justo en una temporada en la que tanto ha echado en falta el gol. Solamente David Cubillas tiene contrato. La vinculación de Juanto Ortuño, César Díaz y Mario Barco concluye en seis semanas.
Es decir, que el Castellón debería aprovechar este tiempo de ventaja respecto a otros clubs para reforzar convenientemente esta demarcación, antes de que el mercado entre en ebullición. Sin embargo, todo está en modo reposo.