El partido «a vida o muerte» de Albert Rudé
Pablo Hernández y Antón, KO; Adri Fuentes y Salva Ruiz, dudosos; y De Miguel, «al 100%»
Albert Rudé, que calificó el encuentro de mañana (18.00 horas) en Sabadell «a vida o muerte, así lo vemos internamente», envió un mensaje a la afición, esa que le pitó a raíz de la dolorosa derrota contra el colista Calahorra en Castalia: él asume el papel de escudo de la plantilla.
«Yo también estoy descontento con lo que hizo el equipo el otro día», arrancó. «Y cuando digo el equipo, me incluyo yo, porque soy el primero que pierdo», ahondó. «Entiendo perfectamente, lo respeto perfectamente y lo acepto perfectamente», recalcó el gerundense antes de su comunicado a la afición: «Si ha de demostrar su disconformidad, que la siga demostrando conmigo, porque la muestra con alguien que está de la línea del campo hacia afuera». «Les pido, por favor --fue más allá--, que, de la línea hacia adentro, apoye a los jugadores siempre, porque lo necesitan y lo merecen, trabajando a muerte cada día». «La afición da ese plus para sobreponerse a momentos difíciles; y va a haber muchos de aquí al final de la temporada», manifestó Rudé.
«Ha sido una semana de mucha autocrítica. Hemos apretado al máximo, desde el día en que volvimos a entrenar después de que todo el mundo pasara el duelo [en alusión al serio traspié], a nivel de responsabilidad y exigencia, porque nuestro margen se ha reducido muchísimo», constató.
La victoria del miércoles del Amorebieta ha relegado al Castellón a la tercera plaza, ahondando en la herida abierta desde el sábado: «Estará todo muy apretado», condensó. «Desde que llegué, ha cambiado cero mi opinión», recordó. «Si nos fijamos en los equipos que ahora estamos dentro del playoff, son grandes proyectos: Eldense, Castellón, qué decir del Barça o la Real, Amorebieta o Murcia... son proyectazos todos», agrupó. Y luego se refiere a lo que pudo ser y no fue... y a la realidad: «Si hubiésemos ganado al Calahorra, estaríamos en un escenario completamente diferente. Pero, al perder, todo eso cambia, radicalmente, porque se te arriman los de detrás, bajas la ratio de puntos por partido y te alejas». «Si no empezamos a hacer las cosas mejor, el objetivo se nos irá alejando», avisó antes de la frase del día, tal vez de la semana: «Vida o muerte contra el Sabadell, así lo vemos internamente».
Para entonces, Rudé ya había hecho el repaso a la enfermería más completo que se le recuerda. «Tenemos buenas noticias: Salva Ruiz ha empezado a hacer el entrenamiento entero a buena intensidad. Y De Miguel ha trabajado con intensidad alta toda la semana, con el grupo también, que es la primera parte del proceso para recuperar a un futbolista; ahora falta darle continuidad en el juego, pero lo importante es que ya podemos contar con él al 100%», resumió las alegrías. Pero también informó de las malas noticias: «Pablo se tuvo de retirar en el descanso y tiene una pequeña lesión muscular; no gran cosa, pero le impedirá estar en Sabadell». «Y Adri Fuentes salió cojeando por un tema articular, pero lo esperamos hasta el final», dijo, confiando en que no se suma a Javi Antón.
El colega de Rudé, Miki Lladó, empezará a cumplir mañana el primero de los cuatro encuentros de sanción, duro castigo impuesto esta semana por aquellas declaraciones, tras el partido ante el Eldense, en las que hablaba de un favoritismo arbitral debido a Finetwork, empresa que sostiene el ambicioso proyecto del club alicantino y, a la vez, es uno de los patrocinadores fuertes de la federación española. Tiene las bajas de César Morgado, Jaume Piñol y Sergi García, pero recupera a Raúl Baena y, probablemente, a Àlex Sala.