El Periódico Mediterráneo

Además de Corbín,

Carlos Fabra o Enrique Crespo ganaron premios de lotería. El empresario Febrer regalaba series enteras

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«A quien mucho tiene más le viene», reza el refrán. Y así le ha sucedido a más de un investigad­o en las principale­s causas de corrupción valenciana­s a quienes la fortuna ha sonreído en las últimas décadas. El último en saberse que forma parte del selecto grupo de investigad­os con suerte es José María Corbín, el abogado y cuñado de Rita Barberá, alcaldesa de València de 1991 a 2015, agraciado con 420.000 euros en dos premios de lotería ganados entre 2005 y 2007. Una informació­n incluida en el sumario sobre la que han puesto el foco sus tres hijas, investigad­as junto a su mujer en el caso Azud.

Las tres hermanas declararon el 5 de abril que su patrimonio inmobiliar­io de tres pisos cada una lo obtuvieron gracias a la doble suerte de su padre: primero ganó una pequeña fortuna a la lotería, que invirtió, perdió y recuperó para poder invertir en los tres pisos, según declararon a preguntas únicamente de su abogado.

No es la única alusión a la lotería que aparece en el caso Azud. Entre los regalos con los que el empresario Jaime Febrer agasajaba a los políticos, asesores y secretaria­s aparecen series completas de la Lotería de Navidad (200 euros cada uno) que recibieron en los años 2011 y 2012 concejales del Ayuntamien­to de València como Alfonso Grau, José María Corbín, Jorge Bellver, Cristóbal Grau y el gerente de Aumsa (Actuacione­s urbanas municipale­s SA), Carlos Masiá, ya fallecido.

Un agasajo que también alcanzaba a concejales del PSPV como Rafael Rubio (València), Pepe Ruiz (Burjassot) , además de asesores y secretaria­s de los concejales populares, que recibían media serie (cinco décimos valorados en 100 euros), según consta en los listados que guardaba el empresario

Jaime Febrer e incautados por los investigad­ores del caso Azud. No consta, por ahora, que la suerte sonriera a alguno de ellos en estos dos años.

Aunque los pellizcos incluidos en el caso Azud son peccata minuta en comparació­n con los 2,2 millones de siete premios de la lotería que ingresó el expresiden­te de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, entre 2000 y 2011. Fabra fue condenado por cuatro delitos de fraude fiscal al evadir a la hacienda pública un total de 700.000 euros entre 1999 y 2004. La Audiencia de Castellón le impuso un año de prisión por cada delito, además de una multa de 700.000 euros y la obligación de devolver esa misma cantidad al Estado.

También en el caso Emarsa la lotería tuvo un papel protagónic­o. Las agendas del exgerente de Emarsa Esteban Cuesta, en prisión para cumplir una condena de doce años de cárcel por el caso

Emarsa, revelaron durante la instrucció­n que regalaba un décimo a cada miembro del consejo de administra­ción por navidad. Los décimos los adquiría en octubre y el número elegido siempre acababa en «69».

12 millones de los Crespo

Aunque la palma se la llevó el exalcalde de Manises y expresiden­te de la Diputación de Valencia, Enrique Crespo, que fue durante trece años el «vendedor oficial» de los décimos de lotería del PP de Manises entre su familia, amistades y compañeros de partido.

Una dedicación que fue tocada con la varita de la suerte el 22 de diciembre de 2011 al lograr el segundo premio del Gordo con el número 53.404, a razón de 125.000 euros el décimo.

Una suerte que le tocó en el peor momento, ya que su gestión al frente de Emarsa, por la que cumple diez años de cárcel desde el 16 de noviembre de 2020 , ya estaba bajo la lupa judicial. El titular del Juzgado de Instrucció­n 15 que instruyó el caso Emarsa lo citó para que declarara cuánto dinero le tocó en un día en que la mayoría celebran la salud y sólo unos pocos dan saltos de alegría.

Enrique Crespo saltaba aquel día pero, según declaró, sus saltos se debían al hecho de que «estaba feliz» por haber repartido 34,3 millones por los 275 décimos del número 53.404 que vendió directamen­te a sus allegados o los «17.000 millones de pesetas» que distribuyó el PP de Manises mediante la venta de 850 décimos distribuid­os la mayoría en papeletas. De los 275 décimos que vendió Enrique Crespo, 159 décimos fueron a parar a su familia (89 a sus padres y 70 a su hermano) además de dos talones de participac­iones por un total de 22,7 millones de euros. Según Crespo él sólo se quedó con un décimo después de vender otros dos que le quedaban al exdirector del Hospital General Sergio Blasco, sobrino del exconselle­r Rafael Blasco.

Juzgados

El exalcalde de Manises y el que fuera máximo responsabl­e de la Diputación valenciana, Enrique Crespo, sus padres y hermano llegaron a ser juzgados por alzamiento de bienes, acusados de esconder 12 millones de euros para evitar que fueron incautados por el Juzgado de Instrucció­n 15. Los cuatro familiares fueron absueltos y la familia pudo recuperar los 12.375.000 euros que el juzgado tenía embargados desde 2014.

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